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Seohan se fue de viaje de negocios nuevamente. De hecho, no estaba seguro de si iba a trabajar, o a investigar algo relacionado con Doyeong y los niños como dijo que lo haría la última vez, pero, de cualquier manera, lo importante de la situación era que no había regresado en todo el fin de semana y tal vez, incluso iba a tardar un poco más de tiempo en volver que de costumbre.

Doyeong se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano. Dijo: "Parece que el verano realmente está aquí." y respiró tan profundo que hasta le dolió un poco el pecho. Había hecho bastante frío por la mañana últimamente pero, desde que se despertó, se sintió como si la temperatura hubiera aumentado durante el día de una manera bastante exagerada. Y quizá por eso sus dolores corporales, provocados por los golpes del mayordomo, no parecieron desaparecer, sudaba incluso aunque estaba vestido de una manera fresca, y temblaba tanto que empezó a pensar que o ya estaba enfermo, o al menos estaba a nada de contraer un resfriado. Además de todo, al final el tutor no pudo encontrarle una niñera que estuviera capacitada y aunque dijo que buscaba constantemente una que pudiera serle de utilidad, Doyeong a menudo tenía la sensación de que lo estaba haciendo completamente a propósito. Tal vez, porque tenía la esperanza de que volvieran a elegirlo a él en un futuro cercano al notar que no había de otra.

Mientras tanto, el cuaderno de Woon, con el que cuidaba diligentemente a sus hijos, estaba lleno de historias de crecimiento registradas académicamente y preguntas que quería investigar sobre el pueblo de los gatos. Era tan detallado y tan increíblemente meticuloso que incluso Doyeong también se preguntó si realmente necesitaba otra niñera o solo, convencer a Seohan de que no había mejor opción que ese hombre.

"Tal vez cuando regrese..."

Doyeong, que se dirigía del cuarto de lavado al patio trasero, se puso un montón de sábanas sobre el brazo derecho y observó, desde el pasillo más alejado de la casa, como los trabajadores se llevaban los ingredientes de la bodega exterior a la cocina y de la cocina al comedor principal para comenzar con los preparativos para la hora de la merienda. Sin embargo, últimamente no había tenido ni un poco de apetito e incluso tomó la costumbre de saltarse el desayuno o tirar las comidas que le preparaban, con la esperanza de que comiera tan solo un poquito, a la basura. Además, aunque por la tarde a veces sentía un poco de hambre, era difícil encontrar algo adecuado que comer cuando su suegra había dicho bastante específicamente que no le gustaba que entrara a ese tipo de lugares si eso significaba llenar todo el pan o la sopa con su "horrible aroma a gato". Y en cuanto al mayordomo Kim, que había prometido ser "suyo" de ahora en adelante, la cosa era que no podía verlo como un ayudante sino como, algo muy parecido a una nueva cámara de vigilancia con boca que estaba cerca de él con la única intención de traerle más problemas de los que ya tenía. Y no mentía al decir que le quedaba un sabor terriblemente amargo en la lengua al recordar que Kim, que era amable cuando estaba Seohan, había aprovechado su viaje de negocios para desaparecer completamente de su lado en cuanto tuvo la oportunidad.

(Supongo que volvió a la casa principal...)

De hecho, esto fue increíblemente evidente a últimas fechas. Al principio pensaba que el señor Kim estaba ausente por motivos de trabajo o por asuntos personales, pero, el hecho de que su suegra pareciera tan íntimamente consciente de sus acciones recientes, de sus movimientos o incluso de las clases que tenía o del comportamiento de sus bebés, le hizo entender que el mayordomo no había olvidado a su antigua dueña. Además, fue como si no le bastara con tenerlo controlado por medio de esa odiosa mujer sino que, para variar, se había dado cuenta de que también le informaba sobre su rutina a su prometido.

El señor Kim se quedaba todo el día a su lado, dándole consejos y comentarios directos, antes de correr hacia la puerta principal con el pretexto de que llegaría correspondencia, un paquete o que simplemente necesitaba barrer un poco la entrada para que se viera "bonita". Pero Doyeong no tardó ni una hora antes de descubrir que estaba hablando con Seohan, tan detalladamente que incluso hacía movimientos muy marcados con sus manos o señalaba su habitación de tanto en tanto.

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora