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Doyeong, que todavía estaba mirando la foto, (sin comprender del todo lo que había descubierto en ella), notó entonces que uno de sus niños Ragdoll no solo había estado durmiendo mucho durante todo el día sino que estaba respirando casi como si le doliera demasiado hacerlo.

"¿Qué pasa, mi amor?"

Cuando tocó el cuerpo del niño para comprobar su estado de salud, se sintió un poco más caliente de lo habitual y también, ligeramente sudoroso de la frente. Sin embargo, dado que la temperatura corporal de los gatitos generalmente era más alta que la de una bestia adulta, no podía decir exactamente si tenía fiebre o si solamente tenía que quitarle todas esas mantas que tenía encima para refrescarlo.

Doyeong lo recostó más cerca de su cuerpo, lo descubrió, y tocó repetidamente las orejas del niño para ver si estaban calientes antes de pasar a palpar también su abdomen. Se sentía bastante gordito pero, de nuevo, no pensaba que hubiera nada de qué preocuparse porque era de los que más comía últimamente y, además, le encantaba la nueva fórmula que le había traído su "papá" de modo que prácticamente se la acababa muchísimo antes que sus hermanos. Sin embargo, era bastante malo que de los tres hermanos, él fuera el único al que la diarrea no le parecía disminuir ni siquiera aunque había tratado con remedios naturales y para ser honesto, tampoco le gustaba mucho esa "pelotita" que se sentía en su vientre.

Doyeong, que pensó que debería subir a la habitación con frecuencia para comprobar su estado de salud, se levantó de su asiento, le dió un beso en la cabeza, y dejo que descansara en un lugar separado de los otros niños. De hecho, no hubo mucho cambio en las habitaciones ni en los huéspedes que tenían a largo plazo así que eso significaba que no había necesidad de esforzarse más de la cuenta. Después de todo, ya sabían cómo funcionaban las cosas en la administración por lo que ellos mismos solían hacer la mayor parte de la limpieza o la comida, dejando para él solo la parte de lavar la ropa. No obstante, como ya lo había hecho el día anterior, lo que quedaba por hacer era limpiar los pasillos y asegurarse de que la tienda estuviera bien surtida al menos para que aguantara el fin de semana.

Limpió aquí y allá, sacudió, quitó el polvo de los cuadros y de las bombillas y después, cuando finalmente bajó a la tienda, se encontró con que ese tigre al que aparentemente ya había contratado como su guardaespaldas personal sin estar enterado, estaba cerca de la puerta, con las dos manos en los bolsillos y un cigarrillo encendido en la boca. No había forma de evitar el contacto visual así que Seohan levantó torpemente la mano como para asegurarse de que lo hubiera visto, pero, como era de esperar, Doyeong simplemente pasó de largo.

El tigre se acarició la cabeza con la mano que tenía levantada, para aparentar.

Cuando llegó el momento de entrar a la tienda para tomar el lugar de la abuela, ella solo miró en dirección a la puerta y preguntó en una voz increíblemente baja:

"Lo veo por aquí muy a menudo en estos días ¿Es tu novio?"

"... ¿Qué? No, claro que no. Seohan está aquí... Para ver si le gusta este lugar o no. Quiere rentar un cuarto."

"Ya veo. Entonces se conocen."

"Nos conocemos."

Pero el hombre definitivamente no parecía encajar con el barrio así que la anciana incluso le preguntó a Doyeong "de dónde lo conocía" y "desde hace cuanto se conocían", probablemente porque quería escuchar la historia por su cuenta antes de dejarle el camino libre a un completo desconocido. Sin embargo, a Doyeong le resultó difícil decir algo al respecto y en su lugar, la mujer simplemente lo miró como si le estuviera diciendo que podía esperar el tiempo que fuera necesario hasta que estuviera listo. Después suspiró, se levantó de su asiento, quejándose de sus articulaciones y de sus rodillas, y finalmente le habló como si ya lo hubiera entendido todo por fin:

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora