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Cuando regresaron a la mansión, muchas cosas seguían igual, pero, también había varias que habían cambiado definitivamente. Esto fue especialmente cierto en los rostros de los empleados que había contratado y también, en la actitud que tuvieron con él cuando lo vieron entrar por la puerta de la entrada. Sin embargo, podía decirse que lo más evidente de todo esto era la actitud decidida de Doyeong porque, aunque Seohan le había dicho que no se acercara a la casa principal a menos que fuera completamente necesario, quería enfrentarse a Na-ryeong, decirle que había regresado, que no había logrado asustarle, y pelear cara a cara hasta llegar a las últimas consecuencias. Más que nada, porque sabía que de todas maneras, entrara a su recámara o no, se iban a encontrar en algún momento y quería dejarle las cosas bien en claro desde el "vamos".

Pero aunque él estaba más que listo para dar un fuerte discurso legal en su contra, el tigre pareció lo suficientemente cansado como para tan siquiera respirar correctamente. No escuchó sobre las ganas que tenía de hablar con su ex suegra y en su lugar, solo se desplomó sobre el sofá con los bebés todavía bien aferrados a su pecho. Luego se levantó, estiró los brazos arriba de su cabeza, le ofreció al bebé humano a una niñera muy jovencita que era "experta en bestias" y finalmente, incluso insistió en que iba a bañar a los niños para que pudieran dormir incluso aunque Doyeong dijo que no había necesidad de hacer eso con un ragdoll a menos que su pelaje se pusiera pegajoso. Además, en todo caso, él podía ocuparse de ellos por su cuenta más tarde o, quizá solo lamerlos para quitarles el calor.

Pero el hombre igualmente se aprovechó del momento en que lo vio bajar la guardia, se deslizó por la derecha cuando notó que le estaba dando la espalda para tomar los pañales de su tercer niño, y rápidamente tomó a los gatitos entre sus brazos y se los llevó al baño pensando, tal vez, que tenía todo completamente controlado. Es decir ¡Los tigres amaban el agua!

"¡¡¡¡Maaaaaaaaaaa!!!"

"¡¡¡Myaaaaaaaah!!!"

"¡AAAAAAAAU!"

Doyeong se dio cuenta de eso gracias a los horribles gritos que estaban pegando. Después de todo, cuando los Ragdoll se bañaban, era como si los hubieran dado en sacrificio o quizá, como si los estuvieran torturando. No sucedía a menudo porque realmente no era necesario, pero, cuando sus colitas se manchaban más de la cuenta o incluso después de lo que pasó con la enfermedad de su hermano, cada vez que los metía a la ducha invocaba a un demonio ruidoso que le hacía zumbar los oídos debido a lo escandalosos que eran. Después de todo, el agua no era su parte favorita así que, cuando la tocaban, gritaban y gritaban hasta un punto en que se sentía como si fueran a tirar las paredes del baño.

MYAAAAAAA!"

"..."

Y eso fue justo lo que pasó ahora.

Seohan entró triunfalmente al baño, diciendo que los bañaría a todos al mismo tiempo y que terminaría antes de que se diera cuenta. Pero:

"¡¡MEUAAAAA! ¡¡MAAA!!"

¡Ahora había comenzado a gritar que básicamente le trituraron un dedo!

Mamá entró: Había cometido un enorme error al hacer que entraran a una tina llena de agua por lo que, cuando ambos gatos se mojaron o tal vez, desde que la sintieron con sus patitas, el baño se convirtió en una horrible cámara de tortura medieval.

"Eres un... Espera. ¡Es que tienen miedo! No. Si lo jalas así de tu brazo te va a cortar más con las garras ¡Seohan! Seohan, sácalo de allí"

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora