¡Hola!
Quiero empezar este anuncio disculpándome una vez más por el incumpliento de los horarios de publicación de Serendipia 3. Reconozco que he decepcionado a algunas de ustedes que han estado esperando ansiosamente cada capítulo. Entiendo cuán importante es cumplir con las expectativas y compromisos que asumimos de cara a otras personas, y lamento cualquier sentimiento negativo que esto haya causado.
Nunca fue mi intención dejarlas esperando por la publicación de los capítulos, así como tampoco lo es ser inconstante con mi presencia en redes sociales. Recalco que esto no ha sido una estrategia para lucrarme y que no he estado ganando dinero de esto (hasta hace poco, cuando rematé los pocos libros físicos que me quedaban). Muy por el contrario, he perdido seguidores y sé que mis analíticas me pasarán factura.
Mi vida ha dado muchos giros en el último año. Toda mi energía, tiempo y dedicación han estado en adaptarme a todos los cambios. Espero algún día poder hablar más de ello, pero por ahora creo que muchas pueden relacionarse con lo jodida que puede ser esta transición a la vida joven-adulta. Mi conexión con mis lectoras es de suma importancia para mí, y espero poder recuperar su confianza y satisfacción con mi trabajo.
Lo primero que he decidido hacer es programar todos los capítulos que faltan de Serendipia 3 para que se publiquen automáticamente dos por semana, los viernes a las 6:00 p.m. (hora de Colombia). De esta forma, independientemente de si yo estoy o no, tendrán la seguridad de que hay nuevos capítulos en el horario establecido. Abajo les comparto imagenes con toda la información para que se programen.
Agradezco enormemente la paciencia y el apoyo de todas las personas que me han acompañado en este proceso, que han esperando pacientemente y que me han escrito en mis redes sociales para saber cómo estoy. Sin ustedes, mis libros carecerían de significado.
Espero poder darles más de mí en el futuro.
Sinceramente, Adriana
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SERENDIPIA PARTE III: KATHELEEN
RomanceA veces el amor germina de formas misteriosas. Cuando la conocí, era una nómada incorregible que arrastraba consigo como único equipaje sus penas y pesares; algunos de ellos, con nombre propio. En mi bagaje emocional no había espacio para nada más...