❄️✨ epílogo ✨❄️

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Feels like this could be forever tonight

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Feels like this could be forever tonight...
Break these clocks forget about time...
There could be World War 3 going on outside...
You and me were raised in the same part of town...
Got these scars on the same ground...
Remember how we used to kick around just wasting time?

.... 🌨️ ....

Alatz entreabrió sus ojos cuando el sol que se filtraba por las persianas le daba en los ojos. El Alfa parpadeó, y tanteó la cama a su lado. Estaba fría y vacía.

Alatz se sentó en la cama, refregando su ojo. Movió su nariz, tratando de encontrar el aroma de su novio.

—¿Omega? —preguntó en alto, para saber si Emmet estaba en el departamento.

Era un monoambiente, tenía una perfecta vista de todo el lugar desde la cama, con excepción del baño. La mesa estaba vacía, la televisión apagada, pero la persiana estaba ligeramente abierta.

La puerta de entrada se abrió en ese momento. Alatz sonrió al ver a su Omega envuelto en un abrigo gigante, Emmet cargaba dos bolsas.

—Buenos días, Alfa. Salí por el desayuno. —dijo Emmet, dejando con prisa las bolsas sobre la mesa.

—Me dejaste solo. —balbuceó Alatz, con pereza.

—Lo siento, Alfita... —se disculpó Emmet, quitándose el abrigo y las botas.

Alatz alzó sus brazos, abrió y cerró los puños para que el Omega vuelva con él. Emmet caminó hasta él, con una sonrisa plasmada en sus labios y se subió sobre sus piernas. Alatz no tardó en rodearlo con sus brazos, haciendo que vuelvan a acostarse, enredados en las sábanas y mantas.

—Estás frío… —murmuró Alatz, acariciando el cuello de Emmet con su nariz—. Te dije que no quiero despertar solo... No estos días.

Emmet disfrutó del calor de Alatz, que a pesar de estar en piyama y estar con la calefacción apagada, tenía su cuerpo caliente.

—Quería sorprenderte con el desayuno. —Emmet ronroneó cuando Alatz pasó sus manos por su cintura y subió por los costados de su cuerpo—. Es que no quiero que te vayas…

Alatz suspiró, y dejó un besito debajo de la oreja del Omega, provocándole un escalofrío.

—Es poco, pero es el tiempo que tenemos, Omega. Por eso no quiero despertar sin ti. —susurró Alatz, besando su hombro.

El Alfa se dejó caer sobre su almohada, relajando sus brazos. Emmet giró sobre su cuerpo, recostando su cabeza en el pecho del Alfa. Alatz besó su cabello

—Voy a hacerte un nido antes de irme.

Emmet alzó su mirada hasta él, desde ese punto de vista podía ver su perfil hermoso. El Omega se estiró para besarle la mandíbula, porque no podía discutir con su novio cuando usaba ese tono de voz tan firme.

Alatz II ||Larry Stylinson|| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora