AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)

Parte 119

<Un ensayo escrito por Lennok Elim Taywin.>

Mi nombre es Lennok Elim Taywind. 

Soy un Alfa y el hijo mayor del Conde Taywind. 

Y sé que el apellido por si solo ya es muy... Intimidante.

Bueno. Lo que quiero decir es que hay demasiada gente a mi alrededor que escucha mi nombre y grita "¡Dios! ¿Eres parte de la familia de los Taywind?" Por lo que no hace falta enfatizar que vengo de un largo, largo linaje. 

Entiendo que en este momento de la historia en que la cultura se está desarrollando a pasos agigantados y la filosofía y la política tienen una manera revolucionaria de actuar con el pensamiento de la población, puede que esto de los nobles de sienta un tanto obsoleto. 

Sin embargo, no sería correcto ignorar por completo las profundas tradiciones transmitidas durante miles de años desde mis abuelos hasta llegar conmigo sobre todo, porque soy consciente de que he heredado más que un simple nombre.

Así, disfruto mucho de aprender sobre las profundas y amplias enseñanzas de mis ancestros y mis maestros más cercanos. 

Amo el aroma de los clásicos y adoro sumergirme en la esencia de los eruditos antiguos y nuevos. 

Ya ven, los profesores a mi alrededor dicen que soy "un alma vieja". 

Como si los recuerdos de un joven de veinte estuvieran en la cabeza de un niño de siete.

Subí la escalera del estudio, que debió entregarse a las manos de decenas de condes hasta que se tornó de un color asqueroso, y alcancé ese libro negro, decorado con el sello dorado de mi casa, que había anhelado desde que supe de su mera existencia. 

Sin embargo, el tomo era tan pesado que no podía tomarlo con una mano y, por mucho que me doliera admitirlo, tampoco era algo que aguantara ocupando las dos. Así de valioso y rico era.

Bajé la escalera, lo puse en la mesita de centro y antes de abrirlo, acerqué la silla de la esquina y la acomodé para poder sentarme. Y aunque moverla fue todo un calvario al tratarse de un mueble tan grande como yo, entiendo que un clásico como ese merece la pena, las lágrimas y el asfixiante sudor. 

Me subí, ocupando la fuerza de todo mi cuerpo, y me puse en el cojín de tal manera que se hundió bajo mi peso. 

Hoy, damas y caballeros, con este libro que dice todo sobre los secretos de mi familia, encontraré la respuesta a la mayor adversidad de mi existencia: "¿Los Taywind tienen el poder de repetir completamente una vida si sienten que la anterior fue una mierda?"

Abrí el libro con manos temblorosas.

Leí.

Leí de nuevo.

Una fiesta de innumerables letras. Tantas y tantas que definitivamente debían tener la respuesta en alguna parte.

Oh, es doloroso. ¿Por qué ni siquiera este libro me ayuda? ¡Vaya porquería!

El mar de 2830 páginas de enormes tipografías era tan simple que sin saberlo terminé jalándome el pelo de pura frustración. 

Pero en el momento en que vi los pequeños cabellitos de color granate oscuro en mi mano, me enojé tanto que casi lo aventé contra la pared hasta destrozarlo (si pudiera hacerlo, claro)

Esta es una maldición y necesito ayuda. 

Hay una persona malvada en mi casa que se atreve a decir que sigue siendo mi padre.