Parte 197

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En mitad de la madrugada, a una hora antes del amanecer, el carruaje regresó por donde había venido gracias a que el cochero, tal vez un tanto preocupado, pareció seguir fielmente las órdenes de su amo sin importar que tan ridículas fueran. 

Después de todo, aunque su comportamiento era diferente a lo habitual, había servido a la familia del conde durante el suficiente tiempo como para no cuestionarle nada.

Cuando llegó frente a la casa de Bendyke, detuvo el carruaje, el amo saltó sin darle ningún tipo de orden y desapareció por la puerta igual a si la conociera de memoria. 

Por supuesto, el cochero permaneció en su lugar, mirando por la ventana todo este tiempo mientras se quedaba con las manos apretando el volante. 

Había tenido un mal presentimiento de todo esto desde la primera vez que le repitió la dirección.

La oscuridad dentro de la casa era más fuerte que antes. 

Arok, que tenía prisa, tropezó contra los escalones tantas veces que, de no ser por su reflejo de apoyarse en la barandilla para mantener el equilibrio, hubiese golpeado su cara contra el suelo hasta destrozarse la nariz. 

Claro que ni siquiera eso fue suficiente como para evitar golpearse en el dedo gordo del pie cuando ya había llegado hasta el inicio del pasillo.

"¡Maldita...!"

Aguantó lo máximo que pudo para no gritar.

Entonces, ignorando el dedo palpitante, caminó paso por paso hasta que pareció llegar a la recámara que quería.

Abrió:

La habitación estaba vacía.

La cama estaba completamente desordenada y apestaba demasiado a sudor y semen

Sobre la alfombra, arrugada, había cuatro o cinco botellas de medicamento vacías así que automáticamente frunció el ceño y pensó que debería ser absolutamente idiota si es que se había terminado todas esas cápsulas de un trago.

"¿A dónde fue?"

Entonces escuchó un grito desde abajo.

"¿Bendyke?"

"¡¡Aaaah!!"

"¿¡¡Bendyke!!?"

Arok volvió a bajar las escaleras tan rápido como pudo

La oscuridad aún permanecía en ese lugar pero, la esencia del interior era completamente diferente a la que se encontró hace unos segundos. 

Es decir, estaba "extraño" cuando abrió la puerta, pero, ahora había una sombra corriendo por todos lados, acechando, golpeándose, provocando un ruido sordo acompañado por el sonido de una respiración jadeante y luego, soltando un montón de palabras extrañas que no pareció poder articular bien. 

Un espectáculo completamente desconocido para un conde que había vivido en medio de la civilización noble toda su vida.

De todos modos, fue evidente que la advertencia que le gritaba que huyera de allí se le había apagado por completo.

Arok miró fijamente hacía el frente.

"¿Bendyke? ¿Estás allí?"

Entonces, un cuerpo grande se movió lentamente entre la oscuridad, cambiando el flujo del aire en la sala hasta que inmediatamente después lo golpeó el olor que había llenado la habitación del segundo piso: Olía a animal

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora