Parte 184

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Es decir ¿Qué significaba no querer fracasar? 

El hombre parecía haber lastimado a alguien antes con ese pene sorprendentemente grande así que, tal vez lo estaba ocupando para quitarse la culpa.

En ese instante Arok volvió a la realidad en la que era un hecho que Bendyke había tenido una variedad de amantes antes que él.

Pero claro, era natural después de todo.

Se trataba de un tipo que seguramente se había acostado con todo tipo de hombres y mujeres, incluidos alfa y omega, y que tenía tantos deseos pervertidos como para no poder contarlos ni aunque le prestara sus manos.

Sin embargo, no podía dejar de lado el enojo y se preguntó ¿Por qué carajo tenía que pensar en alguien más cuándo lo tenía de frente?

¿Significaba que era el reemplazo?

Miró al sucio bastardo de una manera tan violenta que Bendyke se rio entre dientes.

"¿Esperabas hacerlo todo de una vez? Lamento no haber cumplido con tus expectativas".

Estaba disgustado.

"Apártate de mi camino... Yo... Carajo, no importa..."

Arok empujó al hipócrita, bajó las piernas que estaban sobre la mesa y pisó el suelo.

Su cuerpo, completamente debilitado por la tensión sexual y la excitación forzada, tropezó, incapaz de superar las secuelas del rápido descenso de la temperatura corporal, y cayó para delante de modo que pensó que iba a golpearse en la cara.

"Wo. Oye, tranquilo... Es peligroso..."

Un brazo fuerte sostuvo a Arok. Pero eso solo socavó aún más su dignidad como ser humano.

"Déjame..."

Apartó el brazo con un gesto de su mano, mostrando toda la hostilidad que le había crecido en el pecho.

Arok entonces perdió el equilibrio debido a la excitación que aún quedaba en su abdomen y casi se cayó de nalgas sobre la mesa.

No obstante, en lugar de tambalear, movilizó toda la fuerza mental que había acumulado hasta el momento, y se enderezó tan perfectamente como pudo.

Estaba medio desnudo y sólo tenía una camiseta destruida, pero no importaba.

Irse incluso así sería más noble que estar con un demonio.

"¿Puedes caminar? Te ayudo a..."

"No me toques".

Mientras le disparaba con frialdad, la mano que acababa de extenderse se detuvo en un momento.

Arok calmó su cuerpo tembloroso y recogió sus pantalones que habían caído al suelo.

Apretó la mandíbula y trató de no decir nada más para irse tan dignamente como fuera posible.

Pero terminó maldiciendo a Klopp.

"Qué pedazo de basura eres... De verdad... Espero que te vayas al infierno y que te jodas allí..."

Fue la palabrota más dura que había dicho en su vida y esta vez, el papel del sorprendido recayó completamente en Bendyke.

Mientras el avergonzado hombre pareció no saber qué decirle, Arok se refugió en el baño auxiliar con su ropa entre las manos y el pene un poco erecto.

Pero tan pronto como cerró la puerta y ya no escuchó nada, se frotó la mejilla con una mano temblorosa y se puso a llorar de la decepción.

"Maldita sea..."

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora