Parte 139

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El sol golpeó su cara.

Arok se frotó los ojos, se quitó el cabello de la frente y finalmente levantó un cuerpo que se sentía como si cientos de caballos le hubieran pasado encima.

No tenía fuerza y mirando alrededor, descubrió que ya no estaba en la habitación de su madre sino en un banco de mármol de la glorieta, en medio de un jardín lleno del aroma de las rosas.

"..."

Le temblaron las piernas.

No quería estar en el jardín de rosas después del horrible encuentro que tuvo con Klopp en la madrugada así que, paso a paso, se fue de allí siguiendo ese pequeño caminito de piedras que había puesto con Hugo una vez.

Luego deambuló en la oscuridad hasta que sus ojos se acostumbraron a la vista de la mansión y entonces, notó el vestíbulo y las pequeñas escaleras que conducían al segundo piso.

Allí había decoraciones grabadas en mármol, marcos pintados de oro y una alfombra roja que se extendía hasta el fondo.

Sin embargo, para su fortuna, la casa estaba lo suficientemente tranquila como para incluso poder escuchar el sonido de su respiración.

Era bastante absurdo pero no quería pasar por alto el extraño presentimiento en su cabeza y, para ser honesto, aunque lo parecía, no dejaba de repetirse una y otra vez que esta casa no era la suya y que las decoraciones no eran las que había puesto él (incluso aunque se parecían)

No sabía cómo explicarlo, era como si hubiese vuelto a uno de sus sueños.

O tal vez nunca existió una vida feliz para empezar.

Quizá nunca hubo una buena vida, o un matrimonio perfecto, un Klopp amable que hiciera de todo para poder estar con él o un encantador niño llamado Lennok.

Solo, un sueño.

Una fantasía para aliviar un poco su alma tan atormentada.

Y esa fue la cosa más triste del mundo.

En algún momento, terminó parándose frente a la biblioteca.

Pudo haber ido a la habitación de su madre para tratar de enfrentar su destino pero, tuvo que decir que había tenido un presentimiento.

A través de la puerta silenciosamente abierta, Arok asomó la cabeza apenas conteniendo la respiración y vio el interior de la recámara.

Allí estaba una serie de obras tituladas "las cuatro estaciones" colgadas en el frente, libros de derecho firmemente plantados en las estanterías, y plumas y bolígrafos pegados al escritorio junto a un par de libretas y hojas metidas en carpetas muy elegantes.

Nada había cambiado, así que ¿Qué fue lo que pasó hace rato? Sin saber de qué manera explicar la situación, caminó lentamente sobre la alfombra, llegó a un gran sofá al otro lado del escritorio, tocó el juego de té, que siempre usaba, sobre la mesa, y repasó un par de sillas que compró en una venta de antigüedades.

Pero en el momento en que fue hasta el otro sillón para echarle un vistazo, entonces se encontró con que el hombre que tanto le había dado miedo en la noche estaba justo allí.

Vestido con una camisa y un chaleco, durmiendo en un pequeño cojín con la boca bien abierta y la cabeza completamente para atrás.

Era tan alto que el gran sofá en el que podían sentarse cómodamente tres personas estaba todo apretado y de todos modos, estaba todo tapado con una manta de bebé con dibujos de nubes y ositos.

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora