Parte 181

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Ya era primavera.

En el jardín, que había estado helado todo el invierno, comenzaron a brotar capullos y empezaron a lucir preciosos pétalos de flores con cinco colores diferentes. 

Por supuesto, Hugo, a quien le habían informado con antelación sobre el invitado del día de hoy, preguntó si quería que arreglara todo para que tuvieran una "pequeña comida" precisamente al aire libre.

"Aprovechando que el día es hermoso, mi señor."

Mencionó.

Después de pensarlo un rato, Arok decidió que el jardín era un lugar extrañamente preocupante. 

Después de todo, sería complicado para los dos si se les ocurriera tener una guerra de "egos" con él en un sitio que era completamente visible desde la acera del otro lado.

"¿Qué tal la terraza en el segundo piso? Es un lugar que da directamente al jardín después de todo y las flores se ven perfectamente desde allí".

"Sí, tienes razón. Parece una buena idea..."

Hugo, el mayordomo más elegante y capaz de la capital, del imperio mismo, pareció crear para los dos un espacio casi perfecto.

"¿La terraza? ¿Por qué la terraza?"

Pero Bendyke, que solo se reunía con él en la biblioteca o en la "Sala Violeta", quería saber si había algo escondido en las intenciones de Arok mientras lo llevaba hacia la terraza de un modo demasiado sospechoso para su gusto.

Por supuesto que la actitud de exigir una explicación por la hospitalidad de un anfitrión era una falta de respeto impresionante desde donde fuera que se mirase, pero, como era ese hombre del que estaban hablando, Arok no estaba tan enojado con él como para ofrecerle un insulto. 

En este punto, en realidad sus expectativas personales sobre su personalidad eran demasiado bajas como para comenzar a agotarse emocionalmente cada vez que decía algo que lo ponía de nervios y pensó que, tal vez, esto de ahora era lo que llamaban vulgarmente como "acostumbrarse"

"Si no te gusta, podemos quedarnos adentro".

"No... No hay necesidad de eso..."

El hombre, que estaba al otro lado de la mesa, dirigió su mirada hacia el jardín de abajo y pareció aguantar un suspiro que le llegó hasta lo más profundo de la garganta. 

Aunque todavía no era temporada de rosas, los botones florales habían empezado a asomar sus cabecitas y a bordar el pasto y la tierra de una enorme cantidad de hojas verdes

Arok reafirmó lo maravilloso que era la terraza e incluso se dio el lujo de sonreírle mientras le daba una especie de tour:

"Se puede ver el jardín de rosas directamente desde aquí ¿Ya ves? Es el lugar perfecto para disfrutar del aroma de las flores y hay mucha luz solar y siempre llega la brisa... A mi madre le encantaba... Decía que era mágico..."

"Lo sé..."

"¿Qué sabes?"

Cuando se le preguntó, Bendyke respondió: "De tu madre..."

"¿Cómo vas a saber de eso?"

"Un sueño".

Arok resopló.

"Mi gerente financiero se está volviendo loco".

Así que Bendyke levantó las comisuras de su boca ante esas palabras.

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora