AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)

Parte 170

Después de la cena, los asistentes se dividieron en grupos alfa y omega, y salieron al salón para arreglarse la ropa, el maquillaje y disfrutar de una caja de cigarrillos importados de la más alta calidad. 

La duquesa también regresó a su habitación para recuperar el aliento así que hicieron un comunicado en que, después del descanso, la fiesta continuaría hasta altas horas de la madrugada.

Arok se dirigió deliberadamente a una habitación distinta al salón social. 

No era que le pareciera completamente incómodo estar en un salón donde la gente pudiera charlar abiertamente de negocios o de sus pasatiempos, pero, no quería entrar y darse cuenta de que ese tipo todavía lo estaba observando así que puso la excusa de "no me siento bien del estómago" y decidió que regresaría a casa antes de que se hiciera más noche. 

Tuvo que llamar al sirviente del ducado para preguntarle si podía prestarle el carruaje por un día, pero en realidad estaba tan ocupado que no le respondió.

"Mi cabeza es un desastre... Parece que bebí de más".

Normalmente no era el tipo de persona a la que le gustaba beber alcohol y hoy se había tragado tres vasos enormes. 

Sin embargo, esto no tendría que ser un gran problema para alguien que de por si ya tenía experiencia bebiendo en reuniones largas y, por supuesto, también pensó que la incomodidad no era precisamente por estar ebrio.

Sin embargo, sintió calor, estaba sintiendo ansiedad, inquietud, y estaba bastante nervioso como para fingir que no pasaba nada.

Después de tomar una enorme respiración junto a la ventana del pasillo, tomó su abrigo, su pequeña maletita de mano y salió en busca de un asistente que pudiera llevarlo a casa. 

El castillo estaba ubicado en las afueras de la ciudad, lejos del centro y rodeado por un bosque muy impresionante así que era difícil conseguir atención personalizada, por no hablar de lo difícil que sería moverse estando solo. 

El viento soplaba desde el sur, le pegaba en la cara que tenía ligeramente sonrojada, y eso, a su vez, le hizo sentir el estómago un poco menos inquieto y el cerebro tan despejado como para pensar que podía aguantar un poco más sin hacer un escándalo.

Pero entonces, alguien abrió la puerta. 

Arok había pensado que un asistente había venido a visitarlo o que la duquesa lo estaba buscando para saber si se sentía mejor. 

Claramente, no le dio importancia a las pisadas que se acercaban desde la derecha y decidió que lo mejor que podía hacer para una situación así de mal era intentar hablar lo menos posible.

"¿Podría decirle a su Alteza que sigo sin sentirme bien? Descansaré aquí un rato antes de regresar"

Dijo sin mirar atrás. No obstante, el asistente no le respondió.

"No voy a ir a la sala de descanso ¿De acuerdo?"

Arok giró la cabeza, increíblemente molesto con su falta de palabras.

Resultó que fue un error.

"Bendyke..."

"¿Qué te duele?"

Mientras se acercaba, naturalmente extendió la mano. 

Significaba que deseaba ayudarlo en caso de que le resultara difícil caminar por su malestar estomacal, pero, le tenía tanta repulsión que lo evitó sin siquiera intentar fingir que estaba agradecido.