Parte 161

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Dos alfas se enfrentaban junto a una fuente, en un jardín, justo al crepúsculo.

Uno era un padre experimentado de mediana edad que de repente vomitó pensamientos asesinos por razones desconocidas, y el otro era un joven pretendiente que tenía que luchar contra él para preservar su vida y ganarse a su hijo.

El tiempo que transcurrió entre dos personas que se pararon cara a cara, a cierta distancia, y dibujaban lentamente un círculo como fieras que se habían encontrado a mitad de la selva para conseguir un antílope, era lento

Luego una dama de expresión fría apareció detrás de los dos, acompañado por un mayordomo y un montón de sirvientes.

El mayordomo se acercó primero.

El sirviente extendió guantes de combate de cuero para Wolflake:

"¿Qué espada quiere usar?"

A la pregunta del sirviente, frunció el ceño y respondió: "Por supuesto que una espada de esgrima".

"Mi maestro le mintió, no tiene una espada de esgrima."

Entonces, lo que trajo el mayordomo fue una espada real y afilada, no una sin filo para practicar. 

Wolflake lo miró un poco sorprendido, luego hizo lo mismo con el vizconde, y finalmente se echó a reír de lo ridículo que era. 

¿El viejo era sincero?

"Perfecto entonces."

Wolflake se quitó la chaqueta y se la entregó al sirviente, luego sonrió mientras se ponía los guantes.

Su puto suegro iba a perder la cara ante su yerno hoy.

Tomando el estoque que le ofreció el sirviente, cortó hábilmente el aire con una espada increíblemente afilada

Era una buena herramienta, con un centro de gravedad bien equilibrado. 

Además, no importaba cuán famoso fuera un espadachín en el pasado, él ya era un viejo ¿Y estaba tratando de matarlo sin saber cuántas personas habían intentado hacer lo mismo en el fondo? JA. 

¡Era pan comido!

Mirando a un lado, notó que Rafiel estaba allí. Parado a la distancia y sin saber qué hacer realmente. 

Después de todo, su padre y su prometido estaban peleándose y no parecía algo amistoso. 

Lo mismo pasaba con Ariel.

La vizcondesa, de pie junto a su esposo, sostenía un pequeño bolso de encaje en la mano y una mirada que gritaba que también quería matarlo. 

Luego, el vizconde, que había estado postergando el encuentro durante mucho tiempo, quitó al mayordomo, que le tapaba la vista y apuntó hacía Wolflake igual a si estuviera a punto de decirle algo. 

Pero en lugar de guantes de cuero como los de Wolflake, estiró ambas manos enfundadas en guantes de acero y tomó la espada que le tendía el mayordomo.

¡Era una gigantesca espada de dos manos que podría haber sido utilizada por caballeros medievales!

"Ven aquí, cabrón..."

"¡AH!"

Wolflake gritó mientras lograba desviar la espada que había caído precisamente en la parte superior de su cabeza.

"¡Está loco, hombre!"

"Eres demasiado joven... Quiero decir, no tendrías que preocuparte porque tus movimientos son más rápidos que los míos ¡No te va a pasar nada contra un anciano como yo!"

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora