AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)

Parte 143

Mirando su rostro confiado, Arok se humedeció los labios con la lengua y se aproximó paso por paso hasta quedar a centímetros de su cara. 

De hecho, tenía que decir que sus necesidades no fueron satisfechas en absoluto y en realidad, al verlo quedarse dormido por trabajar y cuidar a sus dos hijos, pensó que sería perfecto tener un tercero bebé que ofrecerle. 

Algo para ser una familia todavía más perfecta.

Arok enderezó la espalda, se acomodó sobre sus piernas y se quejó cuando su esposo pasó la mano por sus muslos tan como si nada.

"Quédate quieto".

"Como usted ordene."

Arok, quien levantó la barbilla y se cepilló el cabello para atrás, dio una orden con esa voz típica de un Alfa arrogante.

Sin embargo, Klopp sonrió igual a si se divirtiera mucho al ser tratado así. 

Más aún, porque el hombre se había permitido darle un golpe en la mano para que la dejara dócilmente al lado en lugar de tocar.

La parte inferior de su cuerpo estaba desnuda, pero la parte superior del cuerpo de su esposo todavía estaba meticulosamente cubierta con un chaleco.

Arok le desabotonó lentamente la ropa que llevaba puesta y comenzó a aflojar la corbata hasta dejar que terminara tirada junto a la patas de la silla. 

Y finalmente, cuando movió su pecho para adelante, su pene se retorció naturalmente hasta provocar un enorme gemido por parte de los dos que resonó incluso en las paredes.

"Ah, maldita sea."

Kloop se estaba desesperando. Arok, vestido solo con una camisa de seda, sonrió de una forma burlona y luego, decidió lamerle los labios con la lengua como para mostrarle lo que pasaría después. 

Si se portaba bien, por supuesto.

La expresión confiada del Alfa se puso rígida y su nerviosismo se mostró en un segundo junto con un "¿Cuándo vas a empezar?" Que sonó bastante impaciente. 

Pero levantando un poco la cintura para no profundizar el vínculo, Arok acercó lentamente la boca al oído de Klopp y la dejó abierta. 

Antes de hablar, le había parecido gracioso notar que su mirada lujuriosa estaba perforando sus pezones abultados debajo de la camisa.

"Klopp Bendyke, tienes que ser paciente... Eres muy talentoso y tienes una apariencia muy atractiva, pero eres demasiado arrogante."

"Que sea arrogante te encanta... Ah..."

En el momento en que Arok se presionó con fuerza contra el pilar de su pene, sus labios se contrajeron de dolor y un nuevo gemido desesperado salió de su boca. 

La mente de Arok estaba nublada por el placer desbordante y sin embargo, en todo momento mantuvo una actitud fría por dentro, tanto como una cara en blanco por fuera. 

Algo que demostraba lo mucho que le encantaba ser el dominante.

Le tomó del cabello y lo jaló para atrás.

"Nunca dije que hablaras."

La forma en que regañó a Klopp fue severa. 

En el instante en que el hombre, que había estado sonriendo con confianza, cerró los ojos y dejó escapar el aliento que había estado conteniendo, Arok agarró su mejilla y lo besó de una manera bastante desvergonzada. 

Algo que hizo que se encontraran lengua con lengua y que se produjera un sonido de fricción que se escuchó muy obsceno. 

Al mismo tiempo, Arok comenzó a mover lentamente las caderas y apretó la carne que había entrado en él lo suficiente como para disfrutar de su forma y dureza. 

Luego comenzó a brincar.

"Mmm. Ah, Arok ¡Arok!"

La mano del Alfa agarró el mango de la silla y lo retorció. Sus nudillos se pusieron blancos y después, ya que las dos partes de sus cuerpos parecieron entrar en un contacto mucho más íntimo, siguió un sonido de fricción impresionante que hizo que perdieran la cabeza al mismo tiempo.

La silla, que soportaba el peso de los dos, gritó.

Una luz anaranjada comenzó a entrar por la ventana. Al parecer el sol se estaba ocultando mucho antes de que se dieran cuenta de la hora.

Arok, que yacía sobre el escritorio de la oficina, miró a Klopp, que le mordía el muslo, con una mirada bastante excitada. 

El hombre, todavía bien acomodado entre sus piernas extendidas sobre el escritorio, estaba explorando su piel con la misma expresión seria con la que había estado mirando diligentemente los papeles hace un rato.

"¿Ya estás cansado, amor? ¿Qué tal hacerlo una vez más?"

"Eres una bestia."

Cerró los muslos y se acomodó en el escritorio. 

Luego, tocó la punta de su barbilla con la punta de su pie y suspiró cuando le agarró el talón y comenzó a lamerle el dedo gordo.

"¿Qué quieres esta vez, tramposo? ¿Una bolsa de velas para la fiesta que seguramente vas a hacer?"

"..."

Lo sabía. ¡El avaro ya conocía todo sobre las intenciones de Arok!

"No todo lo que hago tiene que terminar en chantaje."

Arok sacó el pie de su boca y comenzó a frotar con él los duros músculos del pecho y del estómago del Alfa. Luego movió lentamente los dedos hacia el comienzo de su espeso vello púbico y frotó los muslos de su esposo utilizando los otros.

"Pero treinta barriles de vino me vendrían bien. Las que tenemos en la bodega."

"Para nada."

Klopp dijo que si se quedaban con los barriles por otros diez años, aumentaría su valor y podrían subastarlo fácilmente para tener más dinero.

"En ese momento se va a poder sentir el sabor más profundo y también más... Ah, ummm... Carajo..."

Fue Arok quien terminó con su discurso presionando las raíces de su pene con los pies.

"Umm, bien... ¡Te digo que está bien!"

Klopp, que asintió mientras apretaba las muelas, tomó el pie que frotaba sus partes íntimas, y lo apartó.

"Malditas piernas sensuales."

Después de maldecir, separó las piernas de Arok y las envolvió alrededor de su cintura. Luego miró a su sonriente esposo con ojos feroces y dijo:

"Pero prepárate... Porque no me voy a detener pronto"

"Ya lo hice".

Y Arok sonrió, atrapando al Alfa con todo su cuerpo.

Ninguno abandonó el estudio hasta que desapareció el atardecer y llegó la noche.

FIN