Parte 121

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Después de un rato enorme en el que intenté dormir, pude ver una luz tenue a través de la sábana

También había una señal de que alguien se acercaba hasta ponerse a mi lado. 

Podría haber sido mi madre, pero fue una mano enorme la que hizo que mi espalda se sintiera tan temblorosa como gelatina y el aire se quedara en mi garganta.

"Lennok".

Incluso aunque habló de una manera linda, me sobresalté y me eché para atrás.

"Lennok. Am... Tal vez hace un rato ¿Entraste a la habitación de tu mamá?"

De alguna manera me encontré mintiendo.

"No... ¡Todavía estaba durmiendo!"

Mi voz se quebró cuando traté de contener las lágrimas, pero no me cuestionó en absoluto. 

Solo me pasó la mano por la espalda unas cuantas veces, y al cabo de un rato, con un largo suspiro, se dijo a si mismo:

"Bueno... Igual no sabía cómo explicarte".

Y luego se levantó del colchón.

"Por cierto. Puse el libro de cuentos sobre la mesa. No camines por allí de noche, es peligroso. Intenta dormir ¿De acuerdo?"

Escuché que la puerta se cerraba de golpe y luego, silencio

Sin embargo, yo estaba desconsolado. 

Llorando debajo de las sábanas mientras encontraba que mi cabeza era un completo desastre

Me arrastré por la cama lentamente y vi el libro de cuentos que me había traído desde la habitación de mamá.

¡No podía creerlo en absoluto! ¡No podía creer lo que había visto y tampoco lo que estaba reproduciéndose en mi cabeza! Pero tenía que ser real. 

Después de todo ¡Lo había visto! ¿Cómo pudo ese hombre, de quien antes pensaba que era un padre respetable, hacerle llorar y morderlo y empujarlo como un demonio? Si ya había sido capaz de eso, entonces... ¡Entonces todo lo demás era real también! Mi madre estaba embarazada ahora y de todos modos le hizo daño. 

¡Dijo que lo iba a proteger pero de hecho lo estaba haciendo todo mal!

Bueno, podía ser que todo lo que recordaba fuera producto de mi imaginación pero ¿Entonces cómo podía explicar esto? Era real, absolutamente real. Y eso significaba que seguía siendo un malnacido.

¡Mal, muy, muy mal Klopp Bendike!

Entonces, lloré toda la noche. 

Culpando a mi cobardía por huir sin poder salvar a mi madre ahora justo como había pasado en mis sueños. 

Mis mejillas estaban empapadas en lágrimas, como las ventanas mojadas por una fuerte lluvia, y el estruendoso rugido del trueno sonaba de la misma manera en que mi fe en el hombre que creía que era bueno, se desmoronaba justo a mis pies.

Luego, cuando la tormenta amainó y salió el sol de la mañana, yo me bajé de la cama, corrí a la habitación de mi madre, en pijama, y lo busqué sintiendo como mi corazón comenzaba a acelerarse de los nervios. 

Llamé a la puerta y entré sin preguntar si podía hacerlo

Entonces mamá, que acababa de despertarse, me saludó con una expresión de "bienvenida" que era increíblemente hermosa incluso teniendo en cuenta los sucesos tan terribles de la noche. 

Ah, mamá tiene un rostro hinchado por el agotamiento pero cuando sonríe, parece un hermoso arcoíris. 

Quiero decir, ya lo había visto antes, pero se sintió como la primera vez

Tenía ganas de llorar, pero me contuve.

"Lennok, ¿Por qué estás aquí desde tan temprano?"

"Ah... Quería verte. Quería verte con tantas ganas..."

"¿Querías hacer eso, amor?"

Mi madre se rio y me invitó a la cama, abriendo sus brazos para que pudiera acomodarme en ellos. 

Mientras me enterraba en su cálido pecho y me veía aguantar el llanto, vi marcas de dientes en su nuca y un pecho lleno de manchas rojas a través de la abertura ligeramente abierta de sus botones. 

¿Qué iba a decirle? "¿Mamá, ayer vi a papá tratándote mal y comencé a recordar cosas de un pasado que no es nuestro pasado pero que si es?" 

No. Sonaba estúpido incluso para un niño de siete. 

Más cuando él estaba como si nada. Además, aunque normalmente era lindo y amable conmigo, esta vez fue tan inusualmente encantador que me mordí la boca para no arrojar todo de golpe. 

Supuse que ya tenía muchas cosas en las que pensar.

Pero lo sabía.

Sabía lo que estaba ocurriendo y esa noche fue la confirmación.

Desde ese día deje de salir a despedir a papá cuando iba al trabajo. 

Decía que me dolía la cabeza o el estómago o que estaba muy ocupado con mi tarea. 

En cambio, me encerraba en mi habitación y sacaba este cuaderno que había recibido como regalo de cumpleaños a los seis.

Y, por supuesto, comencé este diario.

Una especie de "diario de campo" para investigar si lo que pasaba en mi cabeza y lo que había visto esa noche conducían a un mismo lugar: Que Klopp era un monstruo que no merecía nada bueno.

¡Estén atentos a la verdad!

AROK Y JARDIN DE LAS ROSAS (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora