Nací y crecí en una ciudad pequeña al frente del mar caribe, con un clima estable todo el año en donde siempre hay calor, es un verano eterno. Vivo con mis padres, Helena González y Juan Montero, los amo con toda mi alma, pero son un poco sobre protectores conmigo. Al ser hija única, canalizan toda su atención en mí. Tiene sus cosas buenas, pero también siento que muchas veces me quieren mantener en una burbuja en la que no puedo ni asomar la nariz.
Como he ido creciendo y ya no soy una niña, han tenido que soltar un poco esas cadenas que me ataban a ellos 24/7 y me han dejado hacer actividades fuera del colegio, algo que agradezco porque la rutina me está matando. En la ciudad no hay mucho que hacer, y mis padres no me dejan hacer cualquier cosa, por lo que al ver que abrieron un gimnasio en la esquina de mi casa, los convenzo para inscribirme.
Voy todos los días. Como estoy de vacaciones aprovecho para pasar varias horas al día haciendo varias rutinas de ejercicios y descargar un poco de energía. Mónica, mi mejor amiga del colegio, me acompaña un par de días a la semana en clases de yoga y lo disfrutamos un montón. Somos inseparables, como el pan y la mantequilla. Ella es morena de pelo negro azabache y yo blanca de pelo castaño claro y a pesar de eso, siempre nos preguntan que si somos hermanas. Y lo somos, pero no de sangre.
Desde que nos conocimos en tercer grado no nos hemos separado. Las dos tenemos un humor parecido y nos encanta el mismo estilo de música. Hemos sido confidentes y amigas por tanto tiempo que a veces creo que nos leemos el pensamiento.
Este último año mis hormonas han revolucionado todo mi cuerpo y claro, los chicos ahora son el centro de todas nuestras conversaciones. Últimamente he estado un poco distraída, pensando en un chico en especial, que me trae por la calle de la amargura. Porque no sabe que existo y no tengo idea de cómo hacer para llamar su atención sin ser tan lanzada. Aunque, en mis sueños me lanzo de frente, no se como hacer para hacerlos realidad.
No he tenido novios, bueno no de verdad. Lo que he tenido son rollitos de niños de, yo te gusto tu me gustas. Pero nada serio. Y espero que este año sea diferente. Me encantaría poder acercarme al dueño de todos mis suspiros desde hace dos años, cuando me fijé en él y en sus ojos azules, los causantes de mis sueños húmedos y pensamientos subiditos de tono.
Y es que, por esa misma razón me inscribí en el gimnasio, si me quedo en mi casa todas las tardes de vacaciones, terminaré pensando en él y probablemente masturbándome como una loca. Si, ya lo sé, estoy enferma. ¿O no? Desde la primera vez que sentí un orgasmo, no he parado de tocarme. Y no se si está bien o mal, pero se siente tan bien.
Se acabaron las vacaciones por fin y mi único incentivo es verlo. Nada más de pensar que en este nuevo año de colegio lo veré todos los días, me pone cardíaca e invaden mi estómago millones de mariposas.
Cuando llegamos el primer día de clase, nos enteramos de que habían cambiado a todos de salón. Fue una sorpresa para todos porque hicieron una mezcla de la sección A y B del mismo curso, tercer año de bachillerato, y salieron dos listas con nombres al azar. Cuando me busqué en el listado vi que quedé en la sección B, también mi mejor amiga y, sorpresa, mi súper crush. Eso si que es una muy buena noticia. Este año comenzó mejor de lo que esperaba.
Es verdad que, ahora que han pasado unos días, no ha habido ningún tipo de acercamiento, pero al menos lo tengo en el mismo salón y puedo suspirar más seguido. Aunque Mónica me dice que disimule un poco porque me estoy poniendo en evidencia muy fácilmente. Eso no me importa, es precisamente lo que quiero, ponerme en evidencia a ver si así me presta un poco de atención.
En algunas materias nos ha tocado coincidir en alguna que otra actividad y últimamente estoy notando que me mira. Trata de disimularlo, pero siempre lo sorprendo haciéndolo. Y eso me gusta porque sueño todos los días con esos ojos azules.
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Luna Enamorada [+18] - Completada ✅
RomanceA Luna le encanta fantasear todos los días con un chico de su colegio, pero no ha tenido el valor de acercarse a él. Van al mismo curso, pero en salones diferentes. Suspira de solo verlo pasar con sus amigos. Hasta que un día la suerte le cambia y p...