Capítulo 28 · Siendo sinceros

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Luego de una sesión de sexo, mil veces mejor de lo que me imaginé, Henry y yo nos metemos a la ducha. Estábamos completamente sudados, luego de tanto esfuerzo. Pero no me importaba estar sudada, sobre todo si era por haber tenido el sexo más espectacular de mi vida.

Estábamos bajo el chorro de agua y nos besamos. Era imposible estar separados. Me aprieta contra su pecho abrazándome, como si me fuera a ir a algún lado. El agua nos cae, pero no podemos apartarnos uno del otro. Creo que eso de bañarnos no será tan así.

Ya veo sus intenciones cuando se separa de mí y me voltea quedando frente a la pared. Va dejando besos por toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas, las besa, las frota y me dice - Abre las piernas - lo hago sin dudarlo y hunde su cara en mis nalgas pasando la lengua por mi vulva. La chupa toda, como si su vida dependiera de eso. Yo me separo de la pared y me inclino un poco hacia atrás para que llegue a todas partes. Él continúa lamiendo y chupando, y yo jadeando y moviendo las caderas para ayudarlo a darme placer.

De repente se levanta, yo me quedo en la misma posición y siento el roce de su pene una y otra vez, hasta que lo siento entrar profundamente en mí. Toma mis brazos, los dobla hacia atrás de mi espalda y él se agarra de ambos para empujar y meterse más en mí. No cesa en sus embestidas, y yo no quiero que pare, me tiene en una nube de excitación con mi mejilla tocando la pared del baño.

Tenía mucho tiempo sin buen sexo. Me ha quedado claro hoy. Nada de lo que he hecho se compara con lo salvaje, sexual y hambriento que se ha convertido este encuentro. Cuando siento que está acelerando el ritmo, no lo aguanto y me corro de una manera explosiva, y como puedo le digo entre jadeos - Quiero que acabes en mi boca - y se detiene al cabo de un minuto. Me volteo, me arrodillo frente a él y lamo su pene, chupándolo y haciendo un movimiento con la cabeza para meterlo y sacarlo, asemejando el ritmo que teníamos hace un momento, cuando siento un chorro que me llena la boca.

Subo mi mirada y me encuentro con la suya, cargada de lujuria. Sin dejar de mirarlo me trago toda su esencia y lo lamo todo para que no quede ni una gota. Me toma de los brazos y me sube, quedando frente a frente.

- Qué deliciosa eres... ¿Ahora sí me disculpas?

- Sí... te lo has ganado.

Me da una nalgada y me besa con una sonrisa en sus labios. Nos terminamos de bañar, ahora sí, y salimos enrollados en las toallas. Nos acostamos abrazados. Estábamos muy agotados, necesitábamos este tiempo para tomar un poco de fuerzas. Él acariciaba mi espalda y yo su abdomen.

- Luna...

- Ummm... - hago ese sonido con mi boca porque no me salen las palabras... Subo mi cabeza y lo miro, apoyando mi mentón en su pecho, para escuchar lo que me quería decir.

- Cuando me escribiste esta tarde, me sorprendió mucho que lo hicieras. Pensaba que no querías verme más.

- ¿Sí?, pues yo era la que pensaba que no querías verme.

- ¿Cómo puedes decir eso? si vine a Madrid para verte. - me dice acariciando mi mejilla.

- No mientas, viniste por trabajo.

- A ver, eso también es cierto. Pero Humberto podría haber venido solo, como hemos hecho en otras oportunidades, cuando hemos tenido negocios que atender en otros países. Sabiendo que estabas aquí no quería desaprovechar la oportunidad de buscarte.

- Bueno, pero tampoco es que me hayas buscado mucho... me viste por casualidad el sábado y ya lo demás lo he hecho yo.

- Tienes razón... pero después de tu reacción del sábado no quería presionarte. Y el domingo te adelantaste en buscarme, porque ese día estaba decidido a sonsacarle a Mónica dónde vivías para ir a buscarte. No iba a irme de aquí sin volver a verte. Y fue mejor de lo que me esperaba porque pude besarte - me dice acercándose a mi boca para darme un beso tierno - lástima que nos interrumpieron.

Luna Enamorada [+18] - Completada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora