Llegó el sábado. Un día antes de su viaje de vuelta. Teníamos que abordar el tema y ambos lo sabíamos. Pero yo no sabía ni cómo, ni por dónde empezar y me imagino que él estaba igual.
Pasamos la mañana en la cama, desnudos desde la noche anterior y sin ninguna intención de levantarnos de allí, hablando de lo bien que la pasamos con mis amigos y reviviendo un poco lo que sucedió en ese cuartito del bar.
Yo estaba de lado, recostada sobre su pecho y él abrazándome, haciéndome cariños con sus dedos por la cintura. Era mi postura favorita, luego de nuestros encuentros salvajes. Después de un largo silencio, donde cada uno vagaba en sus pensamientos, llegó el momento de la verdad...
- Luna, me voy mañana, lo sabes ¿verdad?
- Sí, lo sé.
- ¿Y qué haremos? porque definitivamente yo no quiero que esto termine aquí.
No me esperé esa frase. Es decir, quería escuchar esa frase, pero no pensé que fuera a decirlo tan directo. Levanté mi cabeza de su pecho y me aparté un poco para mirarlo.
- Yo tampoco quiero que termine – afirmo plenamente convencida de eso.
- Te amo Luna. Nunca he dejado de hacerlo la verdad, pero después de estos días ya no podré sacarte ni de mi mente, ni de mi corazón, ni de mi piel. - Me acerco a él para darle un beso después de esas bonitas palabras.
Siento que me derrito escucharle decir esas cosas, porque es como me siento yo también. Fue un reencuentro con mi primer amor, mi único amor. Con el que llevo soñando y pensando sin decir nada desde hace tantos años y por fin lo tengo a mi lado.
- Yo también te amo Henry – acaricio su mejilla con mis dedos - Quédate. No te vayas.
- Ojalá fuera tan fácil. Sabes que tengo mi vida allá, como tú tienes la tuya aquí. Pero vamos a intentarlo ¿quieres? Es decir, podríamos viajar cada cierto tiempo y ver que tal nos va. Sé que es complicado por las horas de diferencia que hay y todo, pero podemos probar.
- ¿Y por cuanto tiempo crees podremos estar así?
- No lo sé mi amor, pero de lo que si estoy seguro es que no quiero dejarte nunca más. Quiero estar contigo, aquí, allá, o en la Conchinchina...
- Yo igual, no me malinterpretes. Solo que veo un poco difícil el plan.
- A ver, no nos estresemos. Yo me voy mañana, pero quiero que sepas que no he llegado aún allá y ya estaré pensando en volver. Así que no te asustes si me tienes aquí el próximo finde.
- Pero para evitarnos eso, quédate y ya - y me subo sobre él con una clara intención.
- No sé si estoy muy convencido... - me dice cambiando el tono de su voz.
- Yo puedo ayudarte a cambiar de opinión - digo moviendo las caderas sobre su pene, ya semi erecto.
- ¿Sí? inténtalo entonces. Quizás me convenzas.
Me balanceo sobre él, para tentarlo un poco más, besándolo y cuando ya siento que está del todo empalmado, me levanto un poco y tomo su pene con una mano para dirigirlo a mi entrada que ya está más que preparada para recibirlo. Solo escucho su jadeo cuando me siento sobre él y comienzo a moverme. No me canso de tenerlo así, a mi disposición en todo momento. Es una delicia lo que me hace sentir. Acelero el ritmo bajando y subiendo. Él me toma de las caderas y también acelera para volverme loca y sin esperarlo, exploto en un orgasmo que me hace temblar y gritar.
Él igual continúa sus arremetidas, ahora con mis jugos chorreando por su pene. Se levanta y quedamos los dos sentados y paso mis piernas por su cintura. El sigue penetrándome, agarrando mis nalgas y hundiendo su cabeza en mi cuello. Estamos sudados y resbaladizos. Me tumba de nuevo y queda encima de mí, penetrando sin parar hasta que los dos llegamos al orgasmo al mismo tiempo. El mío es igual de intenso que el anterior.
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Luna Enamorada [+18] - Completada ✅
RomantizmA Luna le encanta fantasear todos los días con un chico de su colegio, pero no ha tenido el valor de acercarse a él. Van al mismo curso, pero en salones diferentes. Suspira de solo verlo pasar con sus amigos. Hasta que un día la suerte le cambia y p...