Capítulo 49 · Promesas eternas

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Hoy hace un día estupendo, hay un poco de frío ya en estas fechas de noviembre, pero está soleado. Justo como quería que fuera el día de cumpleaños de Henry. Nos reuniremos en nuestra nueva casa a las afueras de Madrid para celebrarlo.

Justo cuando Hannah cumplió el primer mes de vida, nos notificaron en el piso donde vivíamos, que en dos meses debíamos mudarnos porque el propietario se devolvía de su estancia en Estocolmo y quería su piso de vuelta. Por lo que tuvimos que tirar de contactos para ver que opciones había para la compra de una casa. Ya lo habíamos conversado antes y queríamos más espacio para nosotros y para la bebé. Y luego de esta noticia tuvimos que acelerar los planes.

Se nos presentó una excelente oportunidad, con uno de nuestros clientes de Morada y nos decidimos a comprar nuestra primera casa. Tiene 3 pisos, 4 habitaciones, 3 baños, patio, parking y en una zona compartida con otras casas tiene piscina y chancha de pádel.

Desde que nació Hannah, a principios del mes de mayo, hasta ahora, hemos tenido que afrontar muchos cambios. Entre la mudanza del piso, arreglar la nueva casa, atender la empresa y a la bebé, estábamos agotados. El año había estado muy movidito. Pero, a pesar de todo eso, sabíamos que todo lo que estaba pasando era, sin duda, para mejor.

Los primeros días con ella fueron duros, pero la fuimos conociendo y la verdad que no me puedo quejar. Es una niña muy fácil, solo llora cuando tiene hambre o cuando hay que cambiarla. Por lo demás se vuelve puras risas y babas. Henry y yo estamos perdidamente enamorados de ella.

Hoy tendrá un compañerito de juegos, Sebastián, el bebé de Mónica y Humberto. Tiene un mes menos que Hannah. A mí se me adelantó el parto dos semanas y a Mónica se le retrasó dos semanas. Desde ese momento los cuatro hemos compartido todas las experiencias como padres primerizos.

- La casa está ideal amiga. Los felicito por ese cambio. – me dice Caro que llegó primero con Luis y les hice el tour para que la conocieran, mientras Henry se quedaba con Hannah y nuestros padres abajo.

- Gracias Caro. La verdad es que me encanta. Poco a poco la hemos ido decorando y ya faltan menos cosas. Espero que cuando vuelvan a venir ya tengamos arreglada la terraza superior.

- Ya sabes que puedes utilizar el contacto que te di. Son excelentes profesionales y seguro te harán algo fantástico. – me comenta Luis y le agradezco por su ayuda.

Bajamos finalmente y me encuentro a Humberto, Mónica y el pequeño Sebastián en la sala. Nos saludamos, me como a besos al pequeñín y pasamos una tarde muy agradable en compañía de nuestros familiares celebrando el cumpleaños de Henry.

Cuando ya se fueron todos, dormimos a Hannah y me dice que debemos ver algo en nuestra habitación que le preocupa. Me quedo intrigada, porque no hace nada que estuve allí y estaba todo en orden. Cuando llegamos, entramos y cierra la puerta, dejando el monitor de la bebé muy cerca de nosotros.

- ¿Qué pasa? – le pregunto y me volteo a mirarlo y se lanza a mi boca a besarme.

- Que no me aguanto... te quiero para mí solo.

- Aquí me tienes... – le digo mientras besa mi cuello y con movimientos ágiles me quita la ropa, me tumba a la cama y me hace el amor como solo él sabe hacerlo.

Siempre hemos sido muy fogosos en nuestra relación, no hemos parado de desearnos en todo este tiempo juntos, ya dos años desde nuestro reencuentro, pero últimamente nuestra lívido está en nuestros niveles más altos. Es hacerlo todos los días y, en muchas ocasiones, hasta dos o tres veces. No sé si será la casa nueva o lo poco que lo hicimos mientras estaba embarazada, pero pareciera que se han acumulado las ganas y ahora no paramos. Y ojo, que yo no quiero parar. Me encanta saber que Henry me desea tanto o más de lo que yo lo deseo a él, a pesar de no estar muy segura con mi cuerpo, luego del embarazo.

Luna Enamorada [+18] - Completada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora