Esa tarde fue fabulosa. Nos besamos mucho, no podíamos parar. Era como si estuviéramos recuperando el tiempo perdido.
Tuvimos que detenernos cuando finalmente los chicos se juntaron con nosotros para continuar el trabajo. No sabíamos que decir cuando nos preguntaron por nuestros avances en el trabajo. Creo que fue evidente que no trabajamos nada. Pero Henry es muy buen estudiante y supo decir las palabras correctas para que los chicos no insistieran con preguntas, confiaban en su buen juicio y la excusa que dijo hasta yo me la creí.
Finalmente, luego de dos horas concentrados solamente en la tarea, y haciendo uso de nuestra fuerza de voluntad para no caer de nuevo en la tentación, pudimos avanzar y armar entre todos el discurso de la presentación. Ahora sí nos estaba quedando genial.
De vez en cuando Henry me miraba y me sonreía. Yo hacía lo mismo. Parecíamos dos tontos. ¿Enamorados? No lo sé aún por su parte, pero lo que si sé es que al menos le gusto y esas palabras no las borraré de mi cabeza jamás.
- Bueno chicos al fin veo algo que es medianamente aceptable. Creo que nos ha quedado muy bien el trabajo. Podemos esperar que llegue mi madre y nos revise lo que tenemos a ver si hay alguna posibilidad de mejora. - dice Marta con entusiasmo.
- Estoy de acuerdo Marta, y no sé qué les parece si, mientras esperamos que llegue tu mamá, ¿comemos algo? ¿Podemos pedir unas pizzas? Me muero de hambre. - digo tocándome la panza. Henry me había quitado los nervios a fuerza de besos y ahora sentía mucha hambre. Ya la presión había bajado.
Todos aceptan mi propuesta porque también estaban hambrientos y nos vamos al jardín a esperar las pizzas que pedimos.
Cómo era de esperar el jardín de esta casa es espectacular, súper amplio con una zona de césped bien cuidado y todo verde. En dónde estamos es como el área de la barbacoa, pero es techado y pasa una corriente de aire que lo hace muy fresco. Ya había bajado el sol y se notaba un atardecer con colores naranjas y azules en el cielo. Era un escenario ideal. Respiré profundamente cerrando los ojos, para grabar este momento en mi memoria y no olvidar nunca este día.
Al cabo de un rato, mientras los chicos conversaban sobre los partidos de fútbol que habían visto, le pregunto a Marta dónde está el baño y me disculpo saliendo del jardín hacia la casa para ir al pasillo que me indicó.
Cuando termino, me lavo las manos y me miro al espejo. Aún llevo las mejillas coloradas de tanto beso. Todavía no me lo creo, que Henry me haya dicho que le gusto y que al fin nos hayamos besado. No podía haber ido mejor el día. Bueno si, hubiera sido mejor que no tuviéramos que hacer ninguna tarea y pasar toda la tarde besándonos. Pero no puedo tener tanta suerte.
Al salir del baño, me lo encuentro de frente.
- Hola. - me dice.
- Hola. – y le sonrío.
- Este... Quería saber... que harás mañana?
- No mucho la verdad, todavía me quedan unos pendientes del cole, pero son rápidos, ¿por qué?
- Crees que podamos vernos mañana y salir a tomar un helado? - me suelta.
Doy brincos de emoción imaginarios y me quedo mirándolo con una sonrisa...
- Vale. Me parece un buen plan, un helado no se le niega a nadie... ¿A qué hora quieres ir?
- ¿Te parece bien a las cinco? Puedo pasar a recogerte a tu casa en el coche de mi papá.
- Perfecto. Te esperaré a esa hora entonces.
Se me acerca y me da un beso. Lento y apasionado. Pero sentimos cerca unos pasos y nos recomponemos. Era Marta, que salía del jardín diciendo que ya habían llegado las pizzas.
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Luna Enamorada [+18] - Completada ✅
RomantizmA Luna le encanta fantasear todos los días con un chico de su colegio, pero no ha tenido el valor de acercarse a él. Van al mismo curso, pero en salones diferentes. Suspira de solo verlo pasar con sus amigos. Hasta que un día la suerte le cambia y p...