𝗛𝗔𝗥𝗥𝗬 𝗣𝗢𝗧𝗧𝗘𝗥 || 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
[EN PROCESO]
La relación entre un Malfoy y un Potter es como el aceite y el agua. ¿Cómo se demuestra? Pues, poniendo a Danielle Malfoy en el mismo ambiente de Harry Potter.
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—¿Quién te firmó?— preguntó Ron mientras caminaba por la nieve en Hogsmeade con ellas.
—...El profesor Lupin. Ayer tuvimos una charla sobre lo que sucedió en su clase y debo decir que es un profesor asombroso, mucho mejor que Lockhart.— contó.
La visita terminó después de muchas horas. A Danielle le había gustado y se había divertido con Ron y Hermione.
Cuando llegaron a Hogwarts fueron con Harry a preguntarle como la había pasado en el castillo solo, claro, en el medio hubo burlas de Danielle y discutieron de nuevo, pero por suerte Ron y Hermione los detuvieron y siguieron hablando.
—La tienda de dulces es fantastica, pero nada como la de Bromas de Zonko. Aunque no pudimos ir a la Casa de los Gritos. ¿Sabes que es la más embrujada?— habló Ron mientras subian las escaleras.
—Si, lo sé.— respondió y se detuvieron cuando los estudiantes no ingresaban a la sala común.— ¿Qué pasó?
—Tal vez Neville olvidó la contraseña.— supuso Weasley.
—Oye.— llamó su atención Neville.
—Oh, aquí estás.— rió un poco.
—¡Abran paso! ¡Permiso! Soy el premio anual.— aparecio Percy.— Retirense todos, nadie entrará a la sala antes de que lo revise.
Ginny fue hacia ellos.
—La Dama Gorda se fue.— dijo.
Los estudiantes se apartaron y no vieron a la Dama Gorda, solo visualizaron rasguños.
—Se lo merece. Era una cantante espantosa.— dijo Ron.
—No es gracioso, Ron.— lo regañó Hermione.
Las personas de los cuadros gritaban. Todo era un caos.
—¡A un lado, abran paso!— ordenó Dumbledore y le hicieron caso dejándolo pasar. Éste subió hasta llegar a la puerta junto a Filch.
Filch comenzó a ver todos los cuadros.
—...Señor Filch, reúna a los fantasmas. Diles que busquen en cada pintura del castillo a la Dama Gorda.
—No hay que buscarla, profesor. La Dama Gorda está ahí.— señaló hacia arriba y miraron.
Todos comenzaron a subir las escaleras hasta llegar al cuadro de un animal regordete.
—Dama... ¿quién le ha hecho esto?— preguntó Dumbledore.
De allí se asomó la Dama Gorda.
—El tiene un alma muy sucia.— dijo con temor.— En esos grandes ojos hay maldad y yo lo vi, es él. Del que todos hablan. Está aquí, se metió en el castillo... ¡Sirius Black!— volvió a esconderse.
