𝗛𝗔𝗥𝗥𝗬 𝗣𝗢𝗧𝗧𝗘𝗥 || 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
[EN PROCESO]
La relación entre un Malfoy y un Potter es como el aceite y el agua. ¿Cómo se demuestra? Pues, poniendo a Danielle Malfoy en el mismo ambiente de Harry Potter.
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Ya habían pasado meses desde que raptaron a Danielle y todo había sido un caos. La rubia estaba encerrada en el calabozo siendo vigilada por Peter Pettigrew, casi desnutrida por la falta de comida que le proporcionaba su familia por orden de Lucius quien, con miedo, no quería que Voldemort se entere que tenía a una traidora a la sangre encerrada en el mismo lugar que el señor tenebroso iba a hospedarse.
Bellatrix se encargaba de torturarla de vez en cuando a escondidas de su hermana ya que ésta le negaba que le hiciera algún daño. Es más, la regañó por dejar que su hija vuelva a la mansión sabiendo que el señor tenebroso prefirió a su hogar como un refugio.
Para la gemela Malfoy era algo insoportable vivir allí. Tanto así que preferiría que la maten antes que sufrir. El dolor que sentía en su cuerpo era indescriptible. Lo peor de todo era que le preguntaban sobre donde estaba Harry, pero ella nunca iba a saberlo, y si lo supiera, nunca lo diría. Así que cada vez que respondía esa pregunta y respondía lo mismo (como un "no sé"), la torturaban con un Cruciatus.
Mientras tanto, Harry observaba como sus tíos y su primo escapaban ante la noticia de que se aproximaba una guerra mágica. El estaba con un semblante serio que permanecía desde que Danielle se sacrificó. Su esperanza de que la rubia estuviera viva se desvanecía con el correr de los días, y no iba a mentir, había llorado en estos meses. La extrañaba tanto.
Tan solo imaginarse que Danielle Malfoy estaba muerta su día se amargaba. O sea, todos los días.
En la mansión Malfoy, Dani notó que Pettigrew se fue. Aún así, no tenía una salida concreta. Al parecer allí arriba había una reunión con Voldemort... al pensar que estaba con ese ser a tan solo unos metros su piel se erizó.
Se levantó y como pudo caminó hacia las rejas para oir.
—Severus... empezaba a creer que te habías extraviado. Ven, te reservamos un lugar.— era la voz de Voldemort.— Tienes noticias, supongo.
—Sucederá el próximo sábado, al anochecer.— dijo Snape.
—Yo escuché otra versión, mi señor. Dawlish, el auror, nos informó que el chico Potter no será mudado hasta el 30 de este mes.— al oír el nombre de Harry apretó sus labios. Lo extrañaba tanto y deseaba que estuviera bien.— El día antes que cumpla 17.
—Esa pista no es cierta. La oficina de aurores ya no participa en la protección de Harry Potter.— negó Severus.— Sus allegados creen que nos hemos infiltrado en el ministerio.
—Bien, en eso tienen razón, ¿no?— muchos rieron ante el comentario del mortifago.
—¿Qué opinas tú, Pius?— preguntó Voldemort.
—Uno escucha muchas cosas, mi señor. Si la verdad es parte de ellas, no queda claro.— respondió.
—Hablas como un verdadero político. Creo que nos resultará muy útil, Pius. ¿Adónde llevarán al muchacho?
