𝗛𝗔𝗥𝗥𝗬 𝗣𝗢𝗧𝗧𝗘𝗥 || 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
[EN PROCESO]
La relación entre un Malfoy y un Potter es como el aceite y el agua. ¿Cómo se demuestra? Pues, poniendo a Danielle Malfoy en el mismo ambiente de Harry Potter.
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Finalmente volvieron a Hogwarts. Todo seguía igual ya que Umbridge aún estaba allí. Harry evitaba más a Danielle estando con Cho, y la rubia estaba más tiempo con Hermione y Ron.
Gracias a eso, se enteraron que Hagrid había vuelto, así que fueron en busca de Harry.
Para sorpresa de nadie, estaba con Cho, así que Danielle fue la que habló.
—¡Harry!— llamó y ambos se detuvieron. El mencionado la miró.— ¡Hagrid volvió!
Los tres corrieron y Harry los siguió.
Los cuatro amigos corrían con una sonrisa en sus rostros yendo a la cabaña. Al llegar, oyeron a Umbridge y sus sonrisas se borraron.
—Se lo repetiré por última vez.— los chicos se asomaron por la ventana.— Le ordeno que me diga donde estuvo.
—Ya se lo dije. Estuve cuidando de mi salud.— dijo Hagrid.
—¿Su salud?
—Si. Necesitaba aire fresco.— justificó.
—Ah, si. Como guardabosques debe ser difícil tener aire fresco. Si yo fuera usted no me acostumbraría haber vuelto, es más, tal vez ni siquiera desempacaría.— cuando notaron que Dolores iba a salir se escondieron en la otra parte de la cabaña. La profesora al salir cerró la puerta, olió y se puso un aromatizante. Se fue.
Cuando se alejó lo suficiente, golpearon la puerta y Hagrid la abrió. Sonrió cuando vió a los chicos y estos también.
—¡Hola, Hagrid!— saludaron al unísono entrando con permiso de el. Los cuatro se sentaron juntos y el grandote se sentó frente a ellos.
Los Gryffindor's preguntaron donde estaba.
—Esto es máximo secreto. ¿Entienden?— avisó y ellos asintieron con la cabeza.— Dumbledore me envió a hablar con los gigantes.
—¿¡Gigantes!?— repitió Hermione.
—Shhh...
—¿Los encontraste?— murmuró.
—No son difíciles de encontrar para ser honesto. Son muy grandes. Traté de convencerlos de unirse a nuestra causa pero no fui el único que quería reclutarlos.— respondió.
—¿Mortifagos?— dudó Ron.
—Si... trataron de convencerlos de unirse a Quien Ustedes Saben.
—¿Lo hicieron?— cuestionó Danielle.
—Les mandé el mensaje a Dumbledore. Supongo que alguno recordará quién fue su amigo, espero.
—Y... ¿ellos te golpearon?
—No exactamente.— se puso hielo en su rostro.
De repente una brisa pequeña entró a la cabaña y se levantaron escuchando los ladridos de Fang.
