Capítulo 26

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                    Dulce tormento

"En ocasiones, el juego de la pasión puede llevarnos a explorar territorios desconocidos, a adentrarnos en el terreno de lo prohibido."

—— Solo los chasquidos resonaban en la habitación y aquellos labios desconocidos por tanto tiempo, ahora no lograban estar sin los otros. Sus manos buscaban ansiosamente dónde tocar al contrario y la cama se volvía una burbuja de dónde ninguno quería salir...

Después de hacerlo en el salón de clases se dirigieron a la habitación del profesor, dónde continuaron mostrando su necesidad de todas las maneras físicas posibles.

Yacían sobre el colchón, sin hablar, solo besándose sin mirar el reloj.

— Eres hermoso — dijo Jungkook, acariciando las mejillas sonrojadas del menor.

— ¿Te gustó la sorpresa?

— Me encantó, quisiera saber dónde compraste esas cositas.

— Fuí al centro comercial con Jinnie, descubrimos una tienda que tiene de todo.

— ¿Podrías llevarme? Hay algo que quiero para ti.

— Oh mi Dios — se cubrió la cara — ¿Debería estar asustado?

Jeon se rió — Depende de tu punto de vista — le dió un nuevo beso.

— Vamos antes de clases entonces.

— Me parece bien.

Se volvieron a abrazar para dormir y cuando estaba amaneciendo, nuevamente Jimin volvió a su habitación. Cada vez era más difícil dejarlo.

— ¿Tu encanto se acaba cuando sale el sol mi querida zorricienta? — preguntó su compañero al escucharlo entrar.

Carcajeó — No sabes cómo odio tener que levantarme tan temprano para huir antes de que el campus se llene.

— Lo sé... También me pasa. ¿Cómo te fue?

— ¿Tienes la crema a mano?

— Pregunta respondida — se levantó y la buscó para dársela.

— Jungkook es increíble, de verdad sabe cómo hacerlo.

— Eres una perra suertuda — se volvió a acostar.

— ¿Y a ti como te fue?

Silencio...

— ¿Te dormiste?

— No... Aquí estoy.

— ¿No me piensas contar?

Jin suspiró — No vino.

— ¿Qué? — se sentó de golpe — ¿Cómo que ese bastardo no vino?

— Dijo que terminó la tutoría con Hwasa muy cansado...

— Mierda...

— Está bien, no estoy enojado. Es su trabajo después de todo.

— ¿Cómo te sientes?

— Sinceramente... Esperaba modelar para él lo que compramos pero supongo que será en otra oportunidad.

— Y sino, pues que se vaya directo al infierno. Buscas al pene de respuesto, te grabas follando con él y se lo mandas. Cuando lo haya visto lo borras y le dices que fue un error. Luego lo bloqueas y que venga a llorar.

El más alto soltó una carcajada — Eres maquiavélico.

— No quiero que sufras...

— No lo haré.

Verbs and Moans - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora