Capítulo 29

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                    Dulce venganza

"Dicen que la venganza es un plato que se come frío pero... A todos nos gusta cuando está caliente"

—— Pasaron aproximadamente dos días después de esa noche mágica en la discoteca donde dijeron cuanto se gustaban hasta el cansancio.

Era viernes y Jimin estaba junto a Jin nuevamente en el centro comercial, dirigiéndose hacia la tienda que se había vuelto prácticamente una jugueteria para un niño.

— ¿Qué demonios tienes ahora en mente? — preguntó el pelirosa mientras devoraba una paleta.

— Necesito venganza por lo que Jungkook me hizo...

— ¿Qué te hizo? — lo miró alertado.

— Lo del vibrador en plena clase.

— Ah ¿Y como se supone que te vas a vengar de eso?

— Tú solo sígueme y aprende del mejor.

El rubio se peinó el pelo hacia atrás y empujó la puerta. La mujer, que ya lo reconocía, sonrió tímidamente — Bienvenidos de nuevo.

— No veo el traje de policía... ¿Lo vendieron?

— Oh, no. Está en bodega, cambiamos de vestuario cada dos días a los maniquíes.

— ¿Tendrás uno como para mí?

Sus mejillas se tornaron rojas al imaginar lo que haría — Claro que sí, ¿necesitas algo más?

— Necesito varias cosas...

Mientras Jin curioseaba por el lugar, Jimin compraba todo lo necesario. Salieron de la tienda muriendo de la risa, bromeando sobre como la chica temblaba guardando las cosas que había pedido.

— ¿No crees que es demasiado?

— Le gustará... Es un pervertido.

— Si tú lo dices, te creo.

— Mueve el culo, tenemos que llegar temprano para que Taehyung no nos insulte como de costumbre.

— Ya estoy harto de él.

— No tenemos opciones, bebé. En ningún lugar ganaremos tan bien como ahí, además. Nuestro destino es ser unas zorras. El trabajo va con nosotros.

— Tienes razón — enganchó su brazo al del rubio — a parar pollas se ha dicho.

— Andando.

  Los amigos llegaron al club nocturno con la adrenalina y la emoción del espectáculo nocturno recorriendo sus venas. La vibrante energía del lugar los envolvió, un terreno familiar donde ambos brillaban y tenían su público.

Jimin se dirigió al vestuario, cambiándose a su atuendo de trabajo. Dió vida a su personaje con prendas que le quedaban como si hubiesen sido elaboradas para él: un encaje negro que mostraba su figura tonificada vestía en la parte de arriba y pantalones de cuero que daban un aire sofisticado, pero también salvaje, cubrían sus piernas. Jin también se vistió acorde, optando por un traje negro ajustado sin camisa que lo hacía lucir caliente.

Justo antes de subir al escenario, el rubio sacó su teléfono y envió un mensaje a Jungkook:

-"Espero verte en tu habitación después de mi trabajo. Tengo una sorpresa para ti."

El mensaje envió una oleada de anticipación a través de sus venas, sumergiéndolo en una emoción adicional para su espectáculo y dándole así, el impulso necesario para salir y comerse el show.

Verbs and Moans - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora