Verbs and Moans - Kookmin

Capítulo 30

                         Cicatrices

"La felicidad y la tristeza suelen ir de la mano. Una va de un lado y la otra va del otro... Siempre es así, ninguna nos deja."

—— El sol del sábado se levantaba lentamente sobre la ciudad, tiñendo el cielo de suaves tonalidades de dorado y naranja. Lejos del habitual ajetreo de la semana, el día parecía iniciar bastante calmado.

En el interior de la habitación, los amantes se encontraban enredados entre las sábanas, aún perdidos en el mundo de los sueños. La noche anterior, llena de pasión y sorpresas, parecía un recuerdo lejano, pero el calor que dejó todavía se sentía sobre sus cuerpos.

La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando el rostro dormido de Jungkook. Jimin, a su lado, comenzaba a despertar lentamente y sus ojos parpadearon para acostumbrarse al cambio de iluminación.

Lo primero que vio fue a su profesor dormir pacíficamente — Qué bonito — dejó un beso en sus labios.

Aunque no había clases que los obligaran a levantarse temprano, el rubio sabía que no quería desperdiciar un solo momento juntos, pero por ahora, se permitió unos minutos más en la cama, disfrutando del la sensación de tener a ese hombre a su lado.

El mayor también fue abriendo los ojos y sonrió dulcemente al notar como el pequeño lo mirada — Buenos días, precioso — le dió un beso también.

— Su rostro relajado al dormir es muy lindo.

— El tuyo también, bebé, tenemos horario hoy...

— Lo sé. Tengo que ir a ducharme y cambiarme.

— No lo creo — lo pegó a su cuerpo con fuerza — me duele el...

Jimin soltó una carcajada — Fui muy suave.

— Yo era virgen por si se te olvida.

— Gracias por dejarme hacerlo.

— Me tenías esposado... No habían muchas opciones.

— Me encantó — le dió un beso.

— A mí también... Eres un pervertido.

— Mira quién lo dice...

  Jungkook subió al rubio sobre su cuerpo y le apretó las nalgas, guiando los dedos hacia su entrada para meterlos — Tu cara mientras te metías mi polla con esa cosa, era un poema... — sostuvo su falo y se fue hundiendo.

— Uhmm... Sin embargo nada se siente mejor que esto — bajó su rostro para besarlo y comenzar un movimiento lento, mutuamente. Sintiéndose a totalidad, con ganas de empezar el día reclamando sus cuerpos y creando recuerdos juntos...

  Al menos una hora más tarde, Jimin salía rumbo a su habitación. Habían algunas personas en el campus pero nadie parecía prestarle atención.

Cuando cruzó la puerta se encontró con Jin, llorando en una esquina — ¿Qué te pasó? — preguntó alarmado y corrió a abrazarlo.

El de cabello rosa sorbió su nariz y se limpió con el pañuelo — Estoy bien...

— No es cierto, perra. Tú no lloras, ¿qué demonios pasó?

— Namjoon es un hijo de puta.

— Otra vez ese hombre... ¿Qué te hizo?

— Lo ví besándose con esa maldita... Entré a la biblioteca anoche a devolver un libro y estaban ellos dos solos. Se separaron rápidamente cuando me vieron.

— Yo lo mato ¿Y qué te dijo ese bastardo?

— Eso es lo peor... No me dijo nada, no me siguió para explicarme, no me llamó, no nada, Jimin.