Capítulo 41

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                Decisiones definitivas

"El amor auténtico a veces requiere sacrificios y decisiones difíciles, y aunque estas decisiones pueden causar dolor y confusión, también abren un camino hacia crecimiento personal y fuerza emocional. Cuando las circunstancias obligan a unos enamorados a separarse, cada uno afronta su soledad y la incertidumbre de su futuro. Sin embargo, en este proceso, también nace una determinación inquebrantable de luchar por lo que realmente importa, demostrando que el verdadero amor puede sobrevivir a las pruebas más duras. Así como una flor precisa luchar para crecer entre las rocas, el amor requiere coraje y resistencia para florecer en medio de las adversidades."



—— Jimin despertó poco a poco sintiendo muchísimo cansancio en su cuerpo. Se removió debajo de las sabanas y sonrió en automático recordando los eventos anteriores. Buscando el olor y el calor de su hombre, estiró un brazo, dándose cuenta de que estaba solo. Abrió los ojos, era su habitación.

Con pereza logró sentarse, Jin se estaba preparando para clases — Bella durmiente, buenos días. Levanta el culo de la cama, tenemos clase de inglés.

— Mierda — dió un brinco y de inmediato se quejó — carajo...

— ¿Estás bien?

— Necesito la crema y una silla de ruedas.

— Qué jodido presumido — abrió el cajón y le pasó el tarrito — apúrate.

El rubio tomó una ducha y se preparó para la clase. Vistió ropa linda y se perfumó — Iré primero a la cafetería por un expreso para mi novio.

— ¿¡Tu qué!?

— ¡Me lo pidió anoche! — se tomaron de las manos y dieron saltitos de alegría.

— ¡Al fin! — lo abrazó — estoy muy felíz por ti. Con razón no puedes caminar bien.

— Vale la pena, maldita sea. Te contaré todo más tarde, ahora iré por el café y trataré de llegar primero.

— Suerte.

— Te amo, adiós.

La alegría que había en el cuerpo del menor no podía ser medida. Sin importar el dolor que sentía, sumado con la necesidad de dormir un día entero, se adentró a comprar el mejor café expreso para Jungkook.

Con el vaso en la mano, entró al aula y le extrañó ver un maletín diferente.

Dejó la bebida sobre el escritorio y se sentó en el mismo a esperarlo. Varios alumnos llegaron al mismo tiempo que un hombre completamente desconocido — Buenos días, bájate de la mesa, por favor.

Jimin lo miró con mala cara — ¿Y usted quién diablos es?

— El nuevo profesor suplente de inglés.

— ¿Qué? ¿Y el profesor Jeon?

— No sé de quién me hablas. Fui llamado hace a penas un día para suplir a la profesora Hyuna por una semana.

— No... Imposible — tomó el café y salió del salón dando zancadas hasta el campus. Tocó repetidas veces la puerta de la habitación del mayor y nadie salió — Jeon Jungkook, abre la maldita puerta — el nudo que sentía en su garganta hace mucho no lo había sentido. Su pecho luchaba por contener la fuerza con la que su corazón latía y las ganas de llorar amenazaban con ganar la batalla — tiene que ser una jodida broma — giró la manilla y abrió, quedando paralizado.

No había nada. Sus cosas no estaban, la cama estaba tendida y el aire acondicionado apagado — K-kook...

Buscó desesperadamente su celular pero no lo tenía. Necesitaba respuestas lo antes posible, por lo tanto corrió hacia la oficina de dirección. Levantó la mano para tocar pero antes, el hombre abrió — Oh... Justo con quién quería hablar.

Verbs and Moans - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora