—Buenos días cariño.— salude a mi esposa en un murmuro mientras entraba a la cocina.
—Buenos días Justin.
Ni siquiera se inmuto a mirarme.
No lo pensé dos veces y me acerque a ella para seguido abrazarla por la cintura y dejar unos castos besos en su cuello.
Rogaba porque estuviera más calmada.
—Vamos cariño. No quiero que estemos peleados.— le susurre y ella soltó un suspiro pesado.
—No sé cómo rayos debería actuar en esta situación Justin. Quiero golpearte, pero a la vez solo quiero que me acurruques en tus brazos y me digas que todo estará bien...— admitió y sentí un leve apretón en mi estómago ante sus palabras.— Nunca imagine que tú me ibas a ser infiel.
—Lo siento. ¿Si? No estaba en mis planes. Sabes que te amo a ti y a mis hijos. Son lo más preciado que tengo. No haría nada para dañarlos. Eso solo ha sido un desliz para mí. Un error. Un mal momento. Estaba borracho. Solo por favor no sigas enojada conmigo. No lo soporto.
Rogué esperando que mis palabras tuvieran algún resultado.
—No me pidas que no me enoje. Es lo más normal en esta situación.
Solté un suspiro y me separe de ella.
—Solo piensa en lo que seria mejor para nosotros.
Nos quedamos en silencio por algunos minutos más hasta que ella comenzó a hablar nuevamente.
—¿Quién es?
Su pregunta me había sorprendido un poco. Pensaba que habíamos dado por terminada la conversación.
—Amelia. Prefiero que no entremos en detalles. Por favor.
No quería que enloqueciera más.
—No Justin. Después de todo lo mínimo que merezco saber quién fue la arpía que estuvo dispuesta abrirle las piernas a un hombre casado. Así que comienza hablar. ¿Quién es la mujer?
Sabia que no iba estar tranquila hasta obtener una respuesta.
—Madison. Madison Brooks.
—¿Madison Brooks?
Asentí.
—No me suena de nada. Ni siquiera se me hace conocido el nombre. ¿A caso es una inversionista de la empresa o algo?
Negué.
—Entonces. ¿Quién es?
—No la conocía.
Admití. Ella frunció el ceño.
—¡Bravo Justin! ¡Con la primera que se te ha cruzado en el camino! ¡Bien!
—Amelia por favor. No estaba en mis cincos sentidos.
—No justifica nada Justin. Tienes que medirte. No eres más un adolescente.
—¡Ya te he dicho que lo siento!
—¡Un lo siento no arregla nada de esta mierda! ¡Se necesita más que eso!— nos señalo.
—¿Cuántos años tiene la mujerzuela esa?
Me quede en silencio. Había querido evitar llegar a este punto.
—Vamos Bieber. O comienzas hablar o busco mis medios. Tú decides.
Iba a enloquecer. Sabía que lo iba hacer. Pero para que se enterara por boca de otro, mejor por mi. Yo sabía cómo calmarla de una forma u otra.
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Pregnant ➳ j.b
Fanfiction❝Pequeña, deberías saber, yo no me enamoro de crías.❞ jdbacmx.©