Pregnant ➳ j.b

Capítulo 9

—¡Madison!— chilló una voz que reconocería a kilómetros.— ¡Sobrino!

—¿No puedes gritar más fuerte?

Me queje. Ella me miro ofendida.

—Vaya. Que en estos tiempos ni saludar tranquilo puede uno.

—¿A eso le llamas tranquilo? ¿Gritar por toda la plaza?

—¡Ni me dejas ser!— se sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa.— Ya las hormonas están comenzando a afectarte.

Rode los ojos.

—Hablas mucho Madelin. Vamos a lo que hemos...

Una voz me interrumpió.

—¡Chicas! ¡Que sorpresa!

Un Jake se hizo presente.

¿Qué hacía aquí?

No me mal entiendan. No es que su presencia me afectara. Pero pensaba que esto solo sería tema de Madelin y mío. Por ahora.

—¡Jeiki Pu!— chilló Madelin mientras se abalanzaba sobre él para abrazarlo.

Vaya que venia con ánimos hoy. A este paso me iría sin un tímpano.

—¿Me acabas de llamar Jeiki Puu?

Ella asintió.

—Sera tu nuevo apodo. Ingenioso. Lo sé.

—Eres bien rara.

Madelin rodó los ojos.

—Solo se disfruta. Pesado.

—Como sea. ¿Y tú qué? ¿No me piensas saludar?— preguntó y le regale una pequeña sonrisa.

—Hola Jake.— dije simple.

Madelin se acercó a su oído y le susurró algo que entendí perfectamente.

—Son las hormonas de embarazada. Lo he leído internet. Te la mande por mensaje. ¿No la leíste?

Alce una de mis cejas. Jake negó.

¿Iba en serio?

—No he tenido tiempo. Capaz la lea hoy.

—Créeme. Para el final de mes la conoceremos como la palma de nuestra mano.— me señalo.

—¿Hola?— moví mi mano energéticamente.— Estoy aquí.

—No me importa.

Madelin me saco la lengua. Infantil.

—No me mal entiendas Jake. Pero. ¿Qué haces aquí?

—Estaba en la heladería con Rosaura. Las vi y me dije. ¿Por qué no venir?

Se encogió de hombros.

—¿No me echaban de menos?

—¿Rosaura la perra del equipo de porrista?

Él asintió.

—¡Genial!— tiro grito de emoción llamando la atención de algunas personas.

Madelin detestaba a esa chica. Algo tenía en mente. Tanta emoción no era por nada.

—¿Ella dónde está ahora?

—No lo sé.— se encogió de hombros.— Dije que iba al baño y solo me desaparecí.

—¡Venga! ¡Por fin haces algo bien tu vida!

Iba a salir sorda de aquí.

—Ya he visto tu sonrisa. Ni lo pienses Madelin.