Capítulo 27

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Madison.

Allí estábamos, a unos pocos segundos de juntar nuestros labios, tan cerca que se rozaban. Y como si la vida me odiara, un celular comenzó a sonar haciendo que el mágico momento se arruinara. Justin se separó rápidamente de mí, mordí mi labio inferior.

—No hagas eso.— murmuró y paso rápidamente sus manos por su cara.

Yo aún seguía en algún tipo de trance observando a Justin.

¿Él hubiera sido capaz de besarme si no fuera por aquel jodido celular?

Camino hasta su escritorio, tomo su celular y se lo coloco en la oreja.

—Habla Justin Bieber.— se paso esta vez una de sus manos por el cabello despeinándolo un poco.

—No puede ser...— murmure para mí misma. ¿Este hombre me estaba comenzando a gustar? No podía.

—Bonjour monsieur Cavatini, longtemps sans entendre parler de vous. Oui, oui, je m'y attendais un appel auprés de vous dans un momento.

Casi me caigo para atrás al escucharlo hablar, Justin sabia francés, mi debilidad. ¿Acaso sabían lo sexy que se escuchaba un hombre con tal acento? De tan solo pensármelo se me erizaban los vellos. ¿Este hombre estaba destinado a mí.

Déjate de estupideces Madison. Hablo la voz de mi cabeza. Esto era demasiado.

—Les entrepises ont aungmenté de un pour cent, ici en Amérique, pour etre honnete, je ne l'ai pas porcerntaje exacte de l'Europe...— frunció el ceño.— Oui, contacter M. Somers. À plus tard, M. Cavatini.

Dejo el celular en la mesa y le sonreí.

—¿Qué?— me miro raro.

—No sabía que hablabas francés.— él se encogió de hombros.

—No es como si fuera importante, aprendí de pequeño, mi abuelo era francés.

Eso explicaba el por qué lo hablaba tan bien y fluido. Iba a responderle, pero teléfono de la oficina comenzó a sonar. El apretó un botón y la voz de la secretaría sonó del otro lado.

—Señor Bieber, los españoles han llegado. ¿Les digo que pasen a su oficina o a la sala de juntas?

—A mi oficina.

—Está bien.— y colgó la llamada.

—Necesito que te vayas.— me dijo comenzando a ordenar unos papeles que habían en su escritorio.— Si quieres puedes ir a la cafetería.— asentí y me pare para comenzar a caminar hacia la puerta.— Y hazme un favor Madison, no te metas en problemas.— fue lo último que escuche antes de salir.

Ahora solo tenía que averiguar dónde quedaba la cafetería, necesitaba alimentar por dos.

—Disculpe.— llame a un hombre que observaba unos papeles.— ¿Sabe dónde está la cafetería?

—En el piso uno, tome el elevador y cuando salga estará en frente de usted.

—Gracias.— le agradecí y camine hacía el elevador.

Una vez en el piso uno, mire hacia el frente y si, efectivamente estaba allí. Camine hasta la cafetería y entre. Fui directamente hacia la caja y una señora ya de edad me recibió.

—Buenos días señorita. ¿Qué desea ordenar?— me regalo una sonrisa la cual le devolví.

—Uhm...— mire el menú de enfrente.— Un sándwich de pollo y un jugo de limón.

—¿Completo?— asentí.

—Digamos que sí, pero sin cebolla.

Ese era mi peor enemigo, me provocaba un asco terrible últimamente.

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora