Capítulo 32

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Cumplía exactamente cuatro meses de embarazo, mi barriga comenzaba a ser un poco notoria por lo que ya tenía que comenzar a usar ropas más flojas.

El último mes había sido de locos. Con Chaz hablaba una que otra vez, claramente a escondidas de Justin. Le había explicado todo y él lo había entendido perfectamente. Sabía cómo era Justin, pero que eso no le iba a impedir conquistarme. Pero bueno, esa era otra historia.

Sobre cómo lo llevaba en está casa, bueno, ese si era un tema complicado. Era más que notorio que Amelia y Jasmin no toleraban mi presencia, lo que hacía pelearnos a cada momento. Justin siempre tenía que intervenir. En cierta manera las entendía, más a Jasmin que todo, pero eso no les daba derecho a tratarme como si fuera un perro.

Amelia tampoco estaba en mucha posición de buscarme el lado. En el poco tiempo que llevaba aquí había descubierto uno que otro secreto que se tenía bien guardado. Era una bruja de lo peor.

Mientras que con Jacob era todo lo contrario. Con él me llevaba de maravilla, me había encariñado mucho con él, era un amor de persona.

Y bueno. Terminando con el Rey de Roma. Justin. Las cosas entre nosotros eran raras. No sabría cómo explicarlo todo de buena manera. Seguíamos discutiendo una que otra vez, claramente por su actitud. Pero en fin. Él en cierta manera se había convertido en alguien más amable conmigo. Se preocupaba más. No sentía tanto el desprecio de antes. Sobre los roces cercanos. Nos dábamos uno que otro beso corto, de ahí no pasaba. Tenía que admitir que cada día caía más por él, no me la estaba dejando fácil. Quería reprimir esos sentimientos porque tenía en claro que no me traería nada bueno después, pero cada vez se me hacía imposible.

Ahora más sabiendo las cosas que escondía la familia feliz. Más que todo. Amelia.

Ayer había hablado con Madelin y me había dicho que si de verdad quería conquistarlo tenía que comenzar desde ya. Me había pensado mucho sus palabras y podía parecer estúpido, pero algo tenía qué pasar.

Era todo o nada.

Y si se preguntan sobre Madelin y Jake. Aún no había hablado seriamente con ellos sobre eso. Pero pronto lo haría.

Mire la hora en mi celular, eran las 7:02 am. Seguramente todos dormían todavía. Me puse unas medias, me mire en el espejo y amarre mi cabello en una coleta desordenada, solo traía una camiseta de Jake que me quedaba un poco más debajo de los muslos. Para ser sincera no tenía ánimos de cambiarme así que baje así, moría de hambre.

Baje las escaleras y camine hasta la cocina. Allí estaba un Justin de espaldas en unos simples pantalones chándal.

¿Qué no se levantaba más tarde?

—Buen día.— salude entrando a la cocina y me senté en uno de los taburetes con las piernas cruzadas.

—Buen día Madison.— dijo volteándose. Al verme abrió ligeramente su boca y sin ningún disimulo bajo su mirada a mis piernas para seguido morderse el labio ligeramente.

Sonreí mentalmente. Mi plan había comenzado sin querer. Aunque no terminaba de comprender. Su esposa tenía mejores piernas.

¿Por qué mirarme? Hombres al fin, quién los entiende.

Se aclaro la garganta y salí de mis pensamientos.

—¿Quieres desayuno?— preguntó esta vez mirándome a los ojos.

—Sí, creo que alguien se ha levantado algo hambriento.— sonreí. Él imito mi acto.

—¿Panqueques o huevos con tocino?

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora