Capítulo 2

37.5K 1.6K 278
                                    

—¿El ratón les comió la lengua?— preguntó esta vez mamá con una de sus perfectas cejas alzada.

Madelin me dio un codazo, claramente no iba hablar. Típico en ella, nos metía en la boca del lobo y no se dignaba a soltar la más mínima palabra.

—¿Íbamos a una reunión de laboratorio?— solté un tanto insegura. Sin duda eso había sonado más como pregunta. Los apuros no iban conmigo. No quería un sermón de una hora.

—¿Fin de semana? ¿A esta hora?— preguntó papá mirándome fijamente. Me encogí de hombros. Claramente sabía que solo eran cuentos.— Sabes nuestro pensar con eso de andar fuera a altas horas de la noche Madison. Podrás tener veintiuno, pero eso no quita el peligro de allá fuera.

Bien, no estaba en posición de comenzar un sermón, menos una discusión.

—Es por mi señor Brooks.— finalmente Madelin se digno a hablar.— Conoce a Madison, yo la he convencido de salir un rato a despejar la mente. Por ahí vienen los finales. Mucho estrés y tensión.— comenzó a decir torpemente.

Papá se quedó en silencio mirándonos fijamente a las dos. Padres estrictos y con el combo de sobreprotección por temas del pasado. Me sentía como una adolescente de dieciséis años. Debería comenzar a considerar la opción de ahorros para alquilarme un piso.

—¿Ustedes solas?— Madelin asintió. Error.—  ¿Saben el peligro que pueden correr por las calles? Jóvenes e inocentes, por lo tanto vulnerables. Ya he hablado de esto contigo Madison. Van a ser pasadas de las once.

Solté un suspiro pesado. Seguramente por esto es que a mi subconsciente le gusta tanto invernar.

—Lo sé papá. Solo serán un par de horas. Estaremos de vuelta antes de las dos. Si te da paz iremos a por el hermano de Madelin.— dije tratando de cortar el asunto lo más rápido posible.

—¿Van a tomar?— Madelin negó rápidamente.
Espero y no haya leído salmos hoy.

—Conoce mis creencias religiosas señor Brooks. Voy todos los domingos a la misa. Este cuerpo es un templo de el espíritu santo.

Papá asintió. Dios realmente la iba a castigar por decir tantas mentiras en un día. Quién se comía esa pinta de niña buena.

—No pasen de las dos porque me voy a preocupar y ustedes no quieren eso.

Asentí en respuesta. Padres arcaicos. Cuándo van a superar esto. Pensé. Esto fue más rápido de lo que esperaba.

—¡Muchas gracias señor Brooks! ¡La traeré viva y sana!— Madelin le agradeció antes de tomar mi mano para salir de la casa.

—Definitivamente tú eres la mala influencia de la amistad.

—Corrección, soy la que le da magia a esta amistad. Agárrate Madison. ¡Diversión vamos por ti!

Reí. Esta mujer sí que estaba loca.

(*)

Justin.

—¿Amelia?— llame por cuarta vez a mi esposa mientras entraba a la habitación. Mire el reloj que llevaba en la muñeca eran pasadas de las diez. Diablos, llevo más de media hora de retraso.

—¡Vaya! ¡Hasta que te digas en aparecer!— espetó saliendo del baño.

—¿No estas lista?— pregunte. Aunque la respuesta era obvia para mí. Su cuerpo solo lo cubría una toalla.

—¡No puedes estar hablando en serio Justin! ¡Es la segunda vez que me haces lo mismo!

Por su tono de voz podía percibir que estaba enojada.

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora