Capítulo 22

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—¿Ya hiciste tus maletas?— me preguntó Justin mientras guardaba unos papeles en una de las gavetas del escritorio. Mordí mi labio inferior. Lo había olvidado.

Se suponía que habíamos quedado en esto de irme con Justin, tristemente papá seguía negado con la idea de tener a este bebé, creo que ya tienen más que claro lo que él opinaba. Siendo sincera realmente no estaba de acuerdo con esto de irme de casa, pero no tenía de otra.

—Sobre eso...— comencé a decir, pero me interrumpió.

—Lo olvidaste.— termino la oración por mí.

—¿Tu mamá nunca te dijo que interrumpir es de mala educación?— me queje con un único propósito, provocarlo.

—¿A ti que te pasa hoy niña? Todo me lo quieres contradecir.— frunció el ceño.

—No te contradigo, solo te digo que tengas un poco de educación.

—Claro, una cría de veintiún años le dice a un hombre de treinta que tenga educación, siempre pasa.— soltó con ironía.

—No me quiero ir a vivir contigo.— me queje ignorando su comentario anterior.— ¿No podemos buscar otra solución?

Aunque tampoco tenía muchas opciones. Papá no me quería en casa.

—No volvamos con la misma discusión Madison.— me miro fijamente notoriamente frustrado con el tema.

—¡Es que tú no lo entiendes!— solté dramáticamente.

—Baja la voz que no estamos en un campo y tampoco soy sordo.— me regaño.— Y a ver. ¿Qué no entiendo según tú?

—Sera muy incómodo Justin. Allí vive tu familia y yo soy la que embarazaste por error.

Él se quedo en silencio unos segundos.

—Solo será por un tiempo, al menos hasta que el bebé nazca y puedas empañártelas sola. Creo que tu padre fue claro, si quieres al bebé tienes que buscártela fuera de allí y hasta donde se solo tienes veintiuno y dependías de ellos. Si no es conmigo. ¿A dónde irás?— cuestionó.

Solté un suspiro, odiaba que tuviera razón. De todas formas, no sabría a dónde ir. Digo, podría ir con Madelin o Jake, pero ellos al igual que yo dependían de sus padres, en cualquier momento me volvería en una molestia considerando que valía por dos.

—¿Qué dice tu esposa sobre todo esto?

—Aún no se lo he comentado.— se encogió de hombros despreocupadamente.

—¿Qué? Pero dijiste que le habías dicho...

—Mentí, supongo que hoy se dará cuenta.

¿Cómo lo decía así sin más?

—Debes estar loco, es tu esposa.

—He tenido demasiado lío en estas semanas Madison y no quería agregarle otro más. Aparte, eso son asuntos míos, no te metas.

Claro, asuntos suyos.

—¿Y que si a tu mujer le da para matarme cuando me vea hoy?— solté dramáticamente.

Rodó los ojos.

—Si serás...

—¿Qué? Te recuerdo que las mujeres celosas son capaz de cualquier cosa.

—Te aseguro que Amelia no sería capaz de matar ni a una hormiga.— dijo seguro de sus palabras.

—Los celos te ciegan a veces...

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora