No sabía si esto estaba bien o si era lo correcto, pero aquí estaba yo acostada semidesnuda en una cama con Justin Bieber encima de mí besándome o más bien devorando mis labios. Obviamente tenía el mayor cuidado posible con mi barriga por los bebés.
—Estas tan mojada pequeña.— murmuró y sentí como paso una de sus grandes manos por encima de mis bragas. Sentí como mis mejillas se tiñeron levemente. Me sentía un poco avergonzada y era por el hecho de que hice esto solo una vez y bueno no estaba en mis cuatro sentidos. Bajo mis bragas lentamente, una vez que quedaron fueras me tomo por los muslos y separo mis piernas.
—¿Qué haces?— susurre al ver como quedaba en una posición en donde toda mi feminidad quedaba expuesta delante de sus ojos. Esto era vergonzoso.
—¿Qué crees cariño? Tan hermosa.— murmuró con voz ronca cargada de lujuria.
Mordí mi labio inferior ligeramente y observe como abría un poco más mis piernas. Sentía mucha pena por lo cual cerré mis ojos y es que para mí esto no era del todo normal tener a un dios griego viendo tus partes íntimas. Jadee al sentir como con su nariz acariciaba levemente mi centro.
—Hueles tan jodidamente bien.— soltó con admiración.
Apreté mis ojos. Mi rostro ardía, no podía respirar bien, el aliento de Justin chocaba contra mi humedad, estremeciendo mi cuerpo por completo. Los dedos gruesos de Justin abrieron mis labios vaginales.
—¡Justin!— chille de sorpresa dando un respingo.
La nariz de Justin había rozado toda mi húmeda vagina.
—Tranquila cariño.— con sus manos sostuvo mi cintura para que no me moviera.
Me tomo de las piernas y las coloco por encima de sus hombros para comenzar con su labor. Un gemido nada silencioso salió de mis labios al sentir por primera vez la lengua de Justin saborear mi feminidad. Este hombre sí que era un experto en esto.
—¡Oh Justin!— gimo mordiendo mi labio.
No sabía que tener a alguien saboreándote se sintiera tan bien y exquisito. ¿O será que Justin hace que se sienta de esa forma? Mis manos tiraron con un poco de fuerza su cabello, mientras que su lengua no dejaba de tocar ese punto que me vuelve totalmente loca. Pude sentir cada movimiento que Justin hacía con su cabeza a medida que se hunde en mí.
—Mmh.— gemí.
La punta de sus dedos tocaron mi clítoris, me arquee y trate de mantenerme quieta, pero eso era una tarea casi imposible. Tire con más desesperación de su cabello y lo escuche gruñir. Mordí con fuerza mi labio. Joder, no sabía que podía hacer eso tan bien, si así era con la lengua ya quiero saber cómo sería con su...
—¡Justin!— chille alto.
Sus dientes tiraron suavemente de mi clítoris, el placer de su lengua apago el dolor que hace minutos produjo su mordida. Maldito Justin. Siento como su lengua limpia todos los flujos de mi vagina, cada vez estoy más cerca, cada vez más cerca de mi primer orgasmo después de cinco meses. La lengua experimentada de Justin comienza a jugar cada vez más rápido con mi endurecido botón que se hincha con cada lamida de él.
—Justin... ¡Joder! Uhm, estoy... ¡Oh sí!— gimo fuerte.
Mi cuerpo comienza a tensarse y algo comienza a apoderarse de mi cuerpo. Las lamidas de Justin me vuelven loca, me llevan tan lejos y me traen de nuevo. Su lengua comienza a penetrarme, tiro de su cabello. Joder, estoy tan malditamente cerca.
—J-Justin, estoy... Oh dios... ¡Sí!— el comienza a hundirse más.
No puedo más, sus lamidas y lengua son fantásticas, sus manos y su aliento, todo lo que él posee me llevara al clímax. Mi cuerpo se tensa y cierro los ojos con fuerza.