Pregnant ➳ j.b

Capítulo 7

Aún debía procesar muchas cosas. Iba a ser madre a los veintiún años. Seguramente a muchos le puede parecer una edad más o menos razonable, pero a mí me sacaba todos mis planes de corto y a largo plazo de curso.

Tenía muchas preguntas. Pocas respuestas.

¿Qué iba hacer con mis estudios?

Requerían la mayor parte de mi tiempo. Tan solo esto estaba comenzando.

¿Qué iban a pensar mis papás de todo esto?

Nada estaba en nuestros planes.

Sentía demasiado peso en mis hombros.

Tú te metiste. Tú sales.

Menos mal tenía a Madelin y Jake.

Una vez llegamos a la casa de Jake fui directo a la habitación de huéspedes. Quería cerrar mis ojos, despertar y que todo fuera un mal sueño.

—¿Necesitas algo?

Preguntó Jake mientras me miraba desde el umbral de la puerta.

Que sea un mal sueño.

Negué.

Pero tú no puedes ayudarme en eso.

Vi como dio media vuelta para salir de la habitación. Estire mi brazo.

—No quiero estar sola.

Admití. Los pensamientos iban a terminar por consumirme.

—Solo ire por un vaso de agua para ti. Desde aquí siento tu tensión.

Seguido vi como desaparecía por el pasillo y me acomodé en la cama.

Y no sabía nada.

Encendí la televisión y comencé a cambiar de canal hasta que uno llamo mi atención. Era un documental de madres adolescentes.

Que apropiado para el momento.

Por unos segundos me deje llevar por mis pensamientos y me visualice con una barriga tan grande como la chica del programa.

¿Cómo sería mi vida más adelante?

Nunca me había preocupado, mucho menos llamado la atención todo ese mundo de bebés y maternidad. Siempre pensé en que llegaría su momento.

Vaya que momento.

¿Cómo iba a ser este bebé?

¿Tendría mi carácter?

Vaya actitud.

¿O llevaría mis ojos? ¿O simplemente mi color de pelo?

No podía evitar pensar en aquel hombre.

Drew.

El nombre se repetía una y otra vez en mi mente.

¿Qué sería de él?

¿De su vida?

¿Tendrá novia?

¿O a caso me recordará?

Solté un suspiro pesado. Ojos miel. Tatuajes. Tez blanca. Pelo rubio.

Pocas respuestas.

Tenía que encontrarlo. No me podía permitir quedarme de brazos cruzados. No ha sido solo cosa mía.

O eso pensaba.