Pregnant ➳ j.b

Capítulo 21

Suspire mientras veía como por décima vez mi celular. Llevaba escribiéndole a Justin desde hace más o menos una hora, pero nada, conociéndole seguramente me andaba ignorando. No me lo pensé más y marque su número, al tercer tono contesto.

—No puedo hablar, estoy en una reunión.— fue lo único que dijo y sin más colgó.

Bufé y volví a marcar su número, cabezotas.

—Madison, ¿qué parte de que no puedo hablar ahora no has entendido?— gruñó.— Te he dicho que estoy en una reunión. ¿Qué quieres?

—Sí que eres un cascarrabias.— me queje.— Te pondrás viejo bien rápido, bueno, lo eres, pero...

—Solo cállate y limítate a decirme lo que quieres.— me interrumpió bruscamente.

—Al parecer alguien se levantó con el pie izquierdo hoy.— solté en un cantito.

Admito que tal vez quería hacerlo enojar un poquito. Aunque bueno, literalmente el trabajo ya estaba hecho. Siempre llevaba su actitud de viejo amargado. Lo próximo que se escucho fue el pitido del teléfono, había colgado.

Reí mentalmente.

Marque tres veces más y al parecer ignoro la llamada, a la sexta solo se escucho el buzón de voz. Había apagado el celular.

Bueno, no me quedaba de otra. Tendría que ir a la empresa.

(*)

Entre y tome el elevador. Marque el piso donde se encontraba la oficina de Justin. Una vez allí me encontré con una morocha. Supuse que era la nueva secretaria.

—Hola.— salude con una sonrisa. Ella alzó la mirada y me devolvió la sonrisa.

—Buenos días señorita.— dijo amablemente.— ¿Qué se le ofrece?

—¿El señor Bieber está en su oficina?— ella bajo la mirada a un papel que había en el escritorio.

—No, el señor Bieber ahora mismo se encuentra en la sala de conferencias. Tiene una reunión sobre una venta de casas con unos coreanos.— ella abrió los ojos grandemente y se tapo la boca rápidamente.— Lo siento, creo que he dicho de más. Olvide todo eso, por favor. Espero que el señor Bieber no se entere.— murmuró lo otro más para ella que para mí.

Solté una carcajada, esta chica me agradaba.

—No te preocupes. Soy una tumba.

—Créame, él se entera de todo y cuando digo todo es todo. ¿Cómo lo hace? No tengo la mayor idea...

—No dudes en que tenga un micrófono y una cámara por aquí.— me encogí de hombros.

De Justin te podías esperar cualquier cosa por lo que veía. Ella soltó una leve carcajada para seguido poner el semblante serio.

—Bueno señorita, no me ha dicho el por qué esta aquí.

Tenía que intentarlo.

—¿Me dejarías pasar a la oficina del señor Bieber?— ella frunció el ceño y me miro como si estuviera loca.

—¿Estás loca? Sabes que no puedo hacer eso.

—Vamos, soy amiga de Justin...— dije un tanto insegura. Y es que no sabía que éramos exactamente de todas maneras.

—¿Lo dices o lo preguntas?

—Lo digo...

—Lo lamento, pareces buena persona, pero no puedo. Primero está el trabajo y créeme que el señor Bieber fue muy específico el primer día con que si no cumplía todas las reglas al pie de la letra me enviaría de patitas a la calle y no quiero eso, tengo responsabilidades.