Capítulo 28

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—Gracias, supongo.— le di una media sonrisa. El asintió y siguió tomando su café.— ¿Tomaras solo eso?— fruncí el ceño.

—Supongo que sí.— se encogió de hombros.

—¿Pero no que tienes que trabajar hasta tarde?

—Sí, pero me aguanto hasta llegar a casa para hacer algo de cena.— negué y le ofrecí un pedazo de mi sándwich.

No podía creer que hablaba en serio, yo capaz no podría durar más de cinco horas sin comer, a sinceridad. ¿Cómo es que podía?

—Cómelo, no vaya a ser que después te de un mareo.

—Tranquila, estoy acostumbrado bonita.

—Insisto.

—Y yo en que comas.

—No, te lo vas a comer ni que sea por las malas.— dije a la vez que me paraba y me sentaba a su lado.— Vamos, abre la boca.

Él soltó una carcajada.

—No soy un bebé.

—Solo abre la boca.

—No te darás por vencida, ¿cierto?— negué y él abrió la boca. Tome el sándwich entre mis manos y se lo puse en frente para que mordiera.

Ojalá no esté pensando que soy una loca, aunque bueno, no me faltaba tanto para llegar a ese punto. Minutos después él ya se había terminado el pan, misión cumplida.

—Listo.— tome una servilleta y le limpie algunas migajas que tenía en la comisura de los labios.

Debía admitir que Chaz era un hombre muy guapo, tenía unos rasgos preciosos y bien definidos, sinceramente no entendía como era que aun andaba soltero.

—Serás una buena mamá.— susurró y me miro fijamente a los ojos, yo hice lo mismo. Que digamos no estábamos en una cercanía muy prudente.

Genial, y aquí llegaba la Madison nerviosa.

—Gracias...— tartamudee.

—Sabes Madison, la primera vez que te vi entrar por aquella puerta no pude evitar pensar que eras una chica preciosa.— murmuró mientras se acercaba un poco más a mí.— ¿Qué crees que pasaría si te beso?

—Yo no creo que...— no pude terminar la oración porque sus labios ya estaban encima de los míos.

¿A caso el mejor amigo del padre de mi bebé me estaba besando? ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Sería prudente seguirle el beso? ¿Debería detenerlo? ¿Qué de Justin? Él me había dejado muy en claro que no podía tener nada con alguien mientras lleve a su hijo en mi vientre. Aunque bueno, pensándolo bien, ya valía Justin, él no podía decidir por mí. Él tenía a Amelia, su esposa. ¿Por qué yo no podía tener a alguien? Tal vez ese alguien podía ser Chaz.

Sentí como Chaz se separaba lentamente de mí. Carajo, me había sumido tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta de la situación, no le había correspondido el beso.

—Madison yo...— iba a hablar, pero le calle tomándolo por las mejillas. Lo atraje a mí y lo bese, al parecer él no lo dudo porque rápidamente sus labios se estaban moviendo en sincronía con los míos.

Nuestros labios se movían al compás, era un beso tranquilo, como si tratáramos de saborearnos el uno al otro. Lo admito, tal vez esto era muy precipitado de mi parte, digo, solo nos habíamos visto algunas dos veces y ahora esto. Pero en mi defensa, él lo hizo primero.

—No besas nada mal.— murmuró una vez que nos separamos. Sentí como mis mejillas comenzaron a teñirse.

—Mira Chaz...— comencé a decir.— No quiero que pienses que soy una...— el rápidamente me interrumpió.

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora