Justin.
—Me visto para irme. ¿Qué es obvio? Tú mismo lo dijiste, solo una noche, eso mismo te di. Ahora cada quien por su camino.
Esas malditas palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza. Una noche, solo una. ¿Pero por qué sentí ese vació al verla macharse de allí? Fue como si algo me faltara y no podía ser ella, no quería admitir que era ella. Era tan jodido y simplemente no. ¿Por qué sentía esa sensación de necesitarla? Se suponía que esa noche era para quitarme las ganas que le tenía y sacármela de la cabeza, nada más. No esto.
—¡Que alguien alimente a Jacob!— gritó Jacob golpeando la mesa.
—¿Quieres hacer silencio por un momento?— claramente estaba frustrado, tenía demasiadas cosas en mente.
Precisamente hoy la nana no pudo venir y los niños no tenían colegio. Amelia tuvo una emergencia por lo que no podía ayudarme y Madison, bueno ella de seguro andaba con Chaz. Mi día no pudo empezar mejor.
—¡Papá quiero mi batida de chocolate!— me gritó Jasmin haciendo un puchero.
—Primero, no grites. Segundo, no tomaras batida de chocolate a las nueve de la mañana. Ya puse tu jugo de piña a licuar.— le dije mientras encendía la licuadora.
—¡Pero yo quiero batida de chocolate!— se quejó.
—¡Papá ya te estas tardando mucho con la comida!— volvió a gritar Jacob. Cerré los ojos en busca de un poco de paz.
—Hagan silencio.— dije entre dientes. Mi poca paciencia se estaba agotando. Ellos al parecer ignoraron mi petición y siguieron gritando.
—¡Mi batida de chocolate papá!
—¡Quiero comida! ¡Aliméntenme!
El pitido del teléfono comenzó a sonar y eso fue el colmo. Cerré los ojos y los apreté fuertemente. Ya no podía. La licuadora sonaba, los niños gritaban, el pitido del teléfono, más la frustración mental que llevaba con Madison, joder no.
—¡Maldita sea cállense la jodida boca de una vez por todas!— grite a todo pulmón mientras lanzaba todo lo que había en la meseta haciendo que por toda la cocina sonara un gran estruendo.
Silencio, eso fue lo único que se escucho después. Mi pecho subía y bajaba frenéticamente. Abrí los ojos y mire a mis dos hijos los cuales tenían una expresión de terror. Siempre lo arruinaba. No me caracterizaba por tener paciencia y ellos la habían agotado. Jasmin tenía los ojos vidriosos y su labio inferior temblaba levemente como si quisiera llorar, Jacob estaba de la misma forma.
—Niños, lo siento yo...— me comencé a disculpar mientras me acercaba a ellos, pero se alejaron.
—Quiero a mamá.— susurró Jasmin mientras unas pequeñas lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas.
—Princesa, lo siento mucho.— me disculpe. Ella negó con la cabeza y corrió fuera de la cocina, Jacob hizo lo mismo. Suspire y pase mis manos por mi cabello despeinándolo un poco. La había jodido con ellos dos.
Camine hasta la nevera y saque unos hielos, tome un vaso que estaba en la lacena y coloque los hielos.
¿Dónde la nana habrá puesto el vodka?
Comencé a buscar en todas las vitrinas hasta que lo encontré. Me serví en el vaso y comencé a tomarlo.
Una vez que termine apague la estufa y la licuadora. Mire la botella que estaba en la meseta, tomar un poco más no me haría daño. Tome la botella y salí en dirección a la sala. Tendría que recoger este enorme reguero después. Me senté en uno de los sillones y cerré los ojos dándole unos largos tragos a la botella de vodka. Estaba realmente estresado, estos últimos meses no habían sido los mejores, solo llenos de complicaciones y problemas. Todo desde que llego ella a mi vida. Quería odiarla y culparla de todo, pero no podía, simplemente no podía. ¿Qué sentía yo exactamente hacia Madison? Tenía que sentar cabeza y aclarar todo, ya no podía seguir de esta forma. Estaba dañando a muchas personas que amaba. Necesitaba desahogarme.
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Pregnant ➳ j.b
Fanfiction❝Pequeña, deberías saber, yo no me enamoro de crías.❞ jdbacmx.©