Pregnant ➳ j.b

Capítulo 20

El lunes había llegado como si de magia se tratara. Hoy era el día en el que Justin iría hablar con mis padres. Mentía si decía que no estaba hecha un manojo de nervios, no sabía cómo reaccionarían mis padres y he de imaginar que no de una buena forma.

¿Qué harían ustedes si su única hija salía embarazada de un hombre nueve años mayor que ella?

—¿En qué piensas?— me preguntó Jake.

—En mi funeral. ¿Qué prefieren? ¿Rosas? ¿O orquídeas?

Ellos me miraron confundidos.

—Justin irá hablar hoy con mis padres. No encuentro lugar.

—¿Ya lo saben?— preguntó Madelin sorprendida. Rápidamente negué.

—¿Te parece que estaría aquí vivita y coleando?

—Buen punto. ¿Necesitas apoyo?

Lo pensé por unos segundos. Más bien me imagine el panorama. Papá encima de Justin golpeándolo, mientras que mamá gritaba de frustración.

—Creo que sí.— solté un suspiro.— ¿Jake?— llame a mi mejor amigo.

—Diga usted hermosa princesa.

—¿Crees tú también poder ir a mi casa hoy en la noche? Digo, si no tienes planes.

—¿Y crees tú en serio que Jake tendría planes?— rodó los ojos Madelin.

—Para tu información que si los tengo teñida.

—A ver que sí tarado, apostamos veinte dólares a que serían ir a un bar a ver que se te ofrece, entre nos sabemos a qué me refiero.

—Ah no mujer que así no se puede. Que sabes tú si tenía una cita o algo.

—Si claro. Te recuerdo que cerdo se nace, cerdo se queda. Nunca en tu vida serías capaz de tener algo serio. Eres un regalado.— murmuró Madelin y no pude evitar soltar una carcajada.

—Ya lo entiendo todo...

—¿Qué?

—Tú lo que estas es celosa verdad. Darías lo que fuera para ser tú la que está en lugar de todas esas chicas.— Madelin hizo una mueca de asco.

—Ni en tus mejores sueños Jake.

—Creo que sí. Y que te digo tal vez que en una de estas con suerte amanezcas en mi habitación.

—Jake, que asco. Es tu mejor amiga.— lo reprendí.

—¿Y qué con eso?— se encogió de hombros.— Es mujer, por lo que tiene de donde agarrar, que claramente es lo importante. Solo mira a esas amigas, jesús.

—Madison, dime por favor que no habla de mí.

—Lamento decepcionarte amiga.— solté dramáticamente.

—Si serás cerdo Jake, ni sé por qué seguimos siendo amigos.— espetó a la vez que le sacaba el dedo prohibido.

—Porque no pueden vivir sin mí.— soltó mientras hacia una rara pose de diva.— Les hago la vida más fácil.

—Eso sí que no sé discute.— admití encogiéndome de hombros.

—Si serás...

—Ya chicos. Vamos a concentrarnos en esto. Irán esta noche a mi casa a cenar, a las siete los espero allá.— ellos asintieron.— Vayan preparados para lo que sea.

—¿Crees que se ponga bien feo?

—Todavía me pagan la matrícula de la universidad y no estoy embarazada de cualquier hombre. ¿Qué más necesitas?