Pregnant ➳ j.b

Capítulo 31

—Puedes dejarme aquí.— le dije a Chaz una vez que estábamos frente al portón de la casa de Justin.— Gracias por todo, lo pase bien.— le regale una sonrisa.

—No, gracias a ti, hace mucho que no salía y me divertía así.—sonreí por última vez y me baje del auto. Mire mi celular y este marcaba las 11:56 pm, dos minutos para la media noche, sin dudas las horas habían pasado volando. Solo esperaba que Justin estuviera durmiendo. No tenía ánimos de discutir con él.

Apreté el botón verde del control y la puerta comenzó a abrirse.

—Madison.— me llamo Chaz. ¿Cuándo se desmonto? No pude responder porque nuestros labios ya estaban juntos. Sinceramente no podía seguir permitiendo que me besaran cuando quisieran, digo, no éramos nada, no tenía derecho. Me separe de él y me miro confundido.

—Lo lamento, hasta que no tenga las cosas claras. Esto...— no señale.— No ocurrirá.— él asintió claramente un poco decepcionado de mi respuesta.

—Buenas noches bonita.— dejo un beso en mi frente y camino nuevamente hacía su auto.

Una vez que pase el portón, lo cerré. Camine hasta la casa, saque las llaves y abrí la puerta. Todo estaba tranquilo, al parecer dormían. Agradecí a los dioses por eso.

Cerré la puerta tratando de hacer el menos ruido posible. Subí las escaleras hasta mi habitación y entre. Me quite los zapatos y los tire a no sé dónde, todo estaba oscuro. Busque el interruptor con mis manos y encendí el bombillo una vez que lo encontré. Pegue un grito al ver a un Justin sentado en mi cama.

¿Qué carajos?

—¿Qué haces aquí?— pregunte con una mano en mi pecho. Tremendo susto que me ha pegado.

—Mentiste.— fue lo único que salió de sus labios.

—¿Qué dices?— mordí mi labio inferior. No podía ponerme nerviosa, no ahora.

—No estoy para juegos Madison, claramente sabes de qué hablo.

—Yo no he mentido.

—Sí lo hiciste.— aseguró.

—¿Y tú cómo aseguras eso?

—Por casualidad de la vida tu mamá llamo preguntando por ti...

¿Qué tenía el mundo contra mí? Siempre llamaban cuando intentaba escaparme de un buen regaño.

—Seguro que te has confundido de...

—No me vuelvas a interrumpir Madison. He visto que te trajo un chico, el cual se me hace muy conocido.— espetó mientras caminaba hacia mí.

Ojalá no haya visto el beso.

Aunque bueno. ¿Por qué me preocupaba eso?

—No es cierto.

—No me sigas mintiendo que no nací ayer.

—Cierto, naciste en el siglo pasado...— murmure y él frunció el ceño.

—¿Qué has dicho?

—Nada, que el aire huele a queso...

—Si serás... creí que había sido muy claro respecto al tema de no salir con nadie.

—Yo...— iba a comenzar a reprochar, pero me interrumpió.

—Se besaron Madison.— espetó mientras negaba.— Sabes, estoy tratando de controlarme, pero no sabes lo furioso que estoy en estos momentos.

Aún no terminaba de entender el por qué se molestaba tanto, era absurdo. Como cada palabra que salía de su boca.

—¿Quieres alejarte?— murmure mientras caminaba hacia atrás, cada vez estábamos más cerca.