Pregnant ➳ j.b

Capítulo 49

—Madison, ya despierta floja.— sentí como me comenzaron a mover levemente. Abrí mis ojos lentamente y mire a mi costado. Allí estaban sentados Madelin y Jake.

—Chicos.— sonreí y me incorporé en la cama.

—¿Te sientes bien?— pregunto Madelin mientras me abrazaba. Asentí.— Perdona por no haber venido antes, pero apenas y nos enteramos esta mañana.

—Descuida, no importa ya.— Jake solo nos observaba.— ¿No dirás nada?— me atreví a preguntarle. Conocía su respuesta.

—No tengo mucho qué decir. Te lo advertí desde un principio Madison, con Justin tan solo te ocurren desgracias tras desgracias. Pero veo que tan solo gasto mi saliva. Sigue siendo la estúpida ingenua enamorada que eres.— soltó mientras se encogía de hombros.

Sus palabras de una forma u otra dolían. Como dicen, las palabras solo nos lastiman si vienen de alguien que te importa. Jake era como mi hermano mayor, lo que pensaba él era muy importante para mí.

—¡Jake!— lo reprendió Madelin y le dio un golpe en el brazo.

—Está bien, déjalo.— solté claramente dolida.— Jake, si quieres puedes irte, allí está la puerta.— señale.

El soltó un suspiro pesado y cerro los ojos por unos segundos.

—Lo lamento Madison. Solo no quiero que vuelvas a sufrir otra vez por ese imbécil. Sabes que si lo hizo una vez puede hacerlo otra. Eso me preocupa. Si él fue capaz de dejar a su esposa por ti, quién me asegura que no sería capaz de hacer lo mismo contigo.

No pude evitar quedarme en silencio. Una parte de mi gritaba que tenía la razón. Pero la otra me gritaba lo que sentía el corazón.

Debo arriesgarme. Quiero arriesgarme.

—Para saberlo tengo que arriesgar.— me atreví a decir.

Soltó una risa irónica.

—Y mira el resultado.

—Todo es diferente a como era unos meses atrás. La última es la vencida. Confía en mi Jake. Déjame intentarlo.— tome una de sus manos.— Por favor Jake, danos una oportunidad, acéptanos. Eres mi hermano mayor y no quiero perder una amistad como esta por una simple estupidez.

—No quiero que salgas lastimada de todo esto nuevamente Madison, entiéndeme. Es solo eso.— volvió a decir.

—Por favor, solo una.— rogué y el suspiro.

—Pero que conste que no apoyo esto.— sonreí y lo abrace.

—Te amo.— el correspondió mi abrazo.

—Te amo más pequeña Madi.— susurro y nos separamos.

Madelin solo veía la escena sin ninguna emoción en el rostro. Conocía esa mirada perfectamente. ¿A caso ella estaba celosa? ¿Cómo? ¿Y cuándo? Claramente tenía muchas cosas que hablar con ella.

—Ahora tengo que irme.— dijo tomando su chaqueta. Iba a preguntarle a dónde, pero Madelin se me adelanto.

—¿A dónde vas?

—A una cita con una hermosa chica.— Madelin bufo.

Bien, eso tuvo que doler.

Sí que teníamos muchas cosas que hablar.

—O mejor con una de las tantas con las que follas.

—No lo diría de esa forma.— ella frunció el ceño. Eso tuvo que doler más. Iba a decir algo más, pero él la callo.— Sin comentarios, mis relaciones no son algo de lo que me guste hablar con mis hermanas menores.— me dio un beso en la frente al igual que Madelin.— Nos vemos luego.— camino hasta la puerta, la abrió y salió.

—Lo siento.— le murmure a Madelin.— Es un estúpido.— ella negó levemente.

—No, la única estúpida aquí soy yo. No sé cómo fui tan estúpida al poder enamorarme de él, más sabiendo como siempre han sido las cosas entre nosotros.

—Nosotros no somos lo que decidimos de quién nos vamos a enamorar, eso es un sentimiento que simplemente pasa, no sabes cómo ni cuándo, simplemente sucede.

Díganmelo a mi.

—Sabes, he intentado casi todo lo que está a mi alcance, pero por más que lo intente, por más que me esfuerce él no muestra ni un más mínimo interés en mí. Estoy a punto de darme por vencida, esto no funcionara.— aseguró con los ojos cristalinos.

Creo que esto ya se estaba volviendo una temática en mi mundo, sufrir por un amor no correspondido.

—A veces las mejores cosas toman tiempo, ten fe.— dije tratando de darle esperanzas.

Detestaba ver a mi mejor amiga sufrir de esa forma, tal vez no lo demostraba del todo, pero sabía que en el fondo estaba sufriendo y mucho. Madelin era de esas personas que muestran no tener sentimientos, pero en el fondo son las más sentimentales. Y bueno, aquí todos sabemos que las mayorías de esas personas son las que más sufren.

—Un último intento Madison. Si no funciona, me retiro y daré esta batalla por vencida.— susurro.

A veces me preguntaba por qué teníamos que sufrir por amor. Pero recordaba las palabras de mi madre.

Porque todo lo dulce también puede ser amargo, lo bueno puede ser malo. Y el amor es y es según a donde lo llevemos, es el sentimiento más bello que existe, pero también es el más doloroso.

Y vaya que sí.

Estaba en la cocina preparando la comida del medio día, me había decido por un simple arroz con maíz y pechuga a la plancha.

—No sabía que abrir una lata era tan complicado.— me queje en voz baja mientras trataba de abrir una lata de maíz.

—Lo estás haciendo mal.— dijo una voz detrás de mí. Di un respingo del susto y volteé rápidamente.

—¡Me has asustado idiota!— le grite a Justin quien llevaba una sonrisa en la cara.

—Lo siento, lo siento.— se disculpo. Negué.

—¿Cuándo llegaste? Que no me he dado cuenta.

—Hace algunos cinco minutos.— se encogió de hombros y asentí.— ¿Y los niños?— preguntó.

—Están arriba jugando vídeo juegos.— me voltee y seguí con mi labor de abrir la lata.— Ya que ni te dignas en ayudarme a abrir esta lata. ¿Podrías poner algunos platos y unos vasos en la mesa? Por favor.— el negó.

—No lo haré.— deje el abre latas en su lugar y volví a voltear para mirarlo a él con su estúpida sonrisa aún pasmada en su rostro.

—¿Disculpa?

—Que no lo haré.— se encogió de hombros.— Y tú tampoco cocinaras.

—Claro y vamos a alimentarnos del légamo. — él se quedo en silencio aún con su estúpida sonrisa.— Te juro que si sigues sonriendo y haciéndote el estúpido te golpeare con esto Justin Bieber.— dije tomando el abra latas.

Él solamente soltó una carcajada. Creo que a este hombre a veces le fallan los tornillos de la cabeza.

—Prepara tus maletas niña. Nos vamos a Hawaii.