Capítulo 34

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Mire mi reloj y este marcaba las 7:34 pm. El día había transcurrido normal en lo que cabía, como siempre. Después desde aquel día con Justin en el auto no habíamos cruzado palabra alguna. Él solo vino, me dejo en casa y se fue a su trabajo. Solo esperaba que no le dieran uno de sus raros ataques de bipolaridad y toda su mierda de que ha sido un error. Ya se sabían la historia.

—¿Me estas prestando atención Madison Brooks?— preguntó Madelin mientras golpeaba la pantalla del celular.— De regalada a sorda.— bufó.

—Ey, regalada tú.— solté volviendo a prestarle atención. Hablábamos por Facetime. Ella rodó los ojos.

—Te recuerdo que no soy yo la que está embarazada a los veintiuno.

—Si serás pesada.

—¿Confirmaste de quién es el bebé?— fruncí el ceño. ¿Qué clase de mejor amiga me gastaba?

—¿Por qué lo dices así Madelin? Suena como si anduviera cama por cama y tú más que nadie me conoces.— espete claramente ofendida. ¿Qué tenía esta niña conmigo?

—Cómo sea. ¿Salió positivo?

—¿Qué no escuchaste lo que te dije?— rodé los ojos.— Obviamente salió positivo. Sinceramente a veces pienso que te golpeaste la cabeza al nacer.

—Al parecer la que se golpeo fue otra. ¿Qué nunca pensaste en que la esposa de Justin pudo haberse arreglado con el médico y cambiar los resultados?— alzó una de sus cejas.— Claramente Justin le iba a creer a su mujer y tú ibas a quedar como la cría mentirosa querida amiga. Y fin de la historia.

Tal vez Madelin estaba en lo cierto, pero era claro que Amelia tenía la más mínima esperanza de que todo esto fuera una mentira y que este niño no fuera de Justin. Mala suerte para ella, no podía llevarse de sus instintos. Sí algo había aprendiendo yo era actuar.

—Ella está confiada en que solamente soy una estúpida niña que viene a arruinarles su vida color rosa. Seguro se confió tanto en ello que pensó que realmente mentía y que las pruebas iban a salir negativas.— me encogí de hombros. Iba a seguir hablando, pero una voz me interrumpió. Una voz que yo conocía perfectamente.

—Muñeca, hoy tuve un día demasiado estresante. ¿Será que puedes dejar ese celular y venir a ocuparte de tu chico? En serio necesito una buena dosis.

Los ojos casi se me salen de orbita al escuchar todo eso. ¿Muñeca? ¿Su chico? Aquí había un gato encerrado. Madelin abrió los ojos grandemente y le hizo unas señas rápidas para que se callara.

—¿Te quieres callar?

—¿Qué ya estás loca mujer?

Oh por Dios, ahora si los tenía con la mano en la masa.

—¡Madre mía lo sabía!— grite emocionada.

Los había atrapado.

—¡Esto se corta Madison!— comenzó a decir Madelin.

Oh, claro que no. A mi si me iban a escuchar.

—¡Carajo que si me llegas a colgar te corto la lengua!— le advertí. La puerta se abrió de golpe asustándome y tire el celular por el susto.— ¡Maldita sea!— grite mirando en dirección a la puerta. Allí estaba Justin con el ceño fruncido.

—Vocabulario Madison.— advirtió.

—¡Me asustaste mierda!

—Eres una señorita, eso no se ve para nada lindo en ti.— espetó.

—Una señorita y una mierda. Los tenía justo así.— hice una seña con mi mano.— Pero no, vienes tú pedazo de imbécil, me asustas y todo se va a la mierda. Sencillo.— me queje tomando mi celular.

Pregnant ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora