UNA ANTORCHA ENCENDIDA EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS .

16. UNA MIRADA ANGELICAL.

Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Samuel 16
21 Y Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y así se fortalecerán las manos de todos los que están contigo.

22 Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel.

Narra Julieta:

Le echo seguro a la puerta sin parar de llorar, me acerco a la ventana con la intención de escapar, pero desisto al darme cuenta que no tengo a donde ir, además los enemigos de papá también han de querer matarme a mi y si los hombres de él quieren ponerme a cargo del negocio, no tengo ni la menor idea de cómo funciona.

Quisiera quedarme aquí solamente llorando y morir de pena moral, pero sé que tristemente así no será.

Tengo que pensar algo para salir de esto bien librada.

La verdad es que nunca se me pasó por la cabeza que papá iba a morir o peor aún que fuera a ser asesinado, siempre creí que él era mas fuerte que los otros.

Tomo el teléfono y con dedos tembloros marco el número de Mibsan con la esperanza de que me conteste.

Me lleno de esperanzas al escuchar que todavía timbra, por un momento pensé que ya se había deshecho del teléfono.

—¡¿Que diablos quieres?! —contesta la llamada de mala gana.

Me duele tanto que me hablé así después de todo lo que hice por él, pero me doy al dolor ya que como siempre me dijo:

Yo en ningún momento te pedí que me salvarás la vida.

Eso es verdad y a pesar de lo mucho que lo quiero, él nunca me quiso a mí, solo se quedó a mi lado por obligación, pero ahora que no está mi padre, lo primero que hace es huir.

Me ciño de valor y le respondo.

—quiero proponerte un negocio, —trato de que mi voz no titubeé aunque todo mi cuerpo está temblando —te doy el lugar de mi padre, a cambio tu me protegerás.

—no soy niñero de nadie —habla con fastidio.

—al menos hazte cargo del negocio —le suplico al borde de las lágrimas.

—no seas patética, —responde —mas bien escapa por tu vida porque lo que te espera ahí no será nada bueno.

—¿Que? —pregunto confundida.

—para buen entendedor pocas palabras —dice antes de colgar.

Vuelvo a llamar pero inmediatamente me pasa a sistema.

La desesperación y confusión se apoderan de mi, lo único que hago es llorar y llorar.

«¿Que quizo decir con eso?».

«¿Acaso...acaso van a matarme?».

Más lloro al ver que soy una completa inútil que ni siquiera puede luchar por su propia vida.

—papiii —digo llorando —¿Donde estas?, te necesito.

Silencio es todo lo que se oye como respuesta.

Unos fuertes golpes en la puerta me hacen parar de llorar.

—¡Abre! —escucho que dicen.

Corro hacia la cama y me meto debajo de las cobijas.

—¡¡Abre la puerta!! —gritan más fuerte.

Los golpes se intensifican hasta tal punto que parece que van a tumbar la puerta.