28. DEPENDE DE TI.

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1 Reyes 1
3 Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey.

4 Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.


La señora Alice responde a mi pregunta, pero no logro a entender nada y la angustia se comienza a apoderar de mi.

No entiendo porque si es alguien prácticamente extraño, yo me siento tan angustiada por él.

Tal vez sea porque siempre me ha llamado la atención, desde el primer día que lo ví, cuando tan sólo era un adolescente de 15 años.

—no le entiendo —le digo a la hermana Alice.

Ella me vuelve a hablar, pero ahora es peor la comunicación.

De repente la llamada quedó en silencio.

Miró la pantalla y veo que la llamada se ha cortado.

Tomo aire y le devuelvo la llamada a la hermana Alice.

Lamentablemente antes de que ella conteste, la señal se ha ido totalmente.

Pongo mi teléfono en el asiento y cierro los ojos.

Trato de que la angustia no se apodere de mi, pero realmente estoy muy preocupada.

Además no me explico como la señal de teléfono se va a ir justo en el momento más necesario.

A mí mente comienzan a llegar muchas ideas de lo que pudo haber pasado con Mibsan y todas aquellas ideas son bastante malas.

«Dios, toma el control».

Me temo que hoy no voy a poder dormir bien.


Día siguiente.

—como les decía una de las operaciones más difíciles de realizar es la... —dice el superior.

Mi cabeza se va hacia delante y no alcanzo a oír lo que dijo el superior, aunque a decir verdad ya lo escuchaba bastante lejos.

Anoche después de haber hablado con Dios, no pude dormir, cada nada me despertaba, siempre soñaba que Mibsan me llamaba.

—¡Señorita Gracia! —escucho la voz del superior.

Inmediatamente vuelvo de mi sueño.

Lo miro un poco apenada.

—¿Señor? —respondo.

—salga de mi clase —responde.

Sin decir nada tomo mis cosas y me dirijo hacia la puerta.

Si yo hubiera estado en los zapatos de mi superior también habría hecho lo mismo, así que no me quejo.

Camino sin dirección alguna por los pasillos del hospital mientras bostezo.

Cuando tengo mucho sueño, suelo actuar de manera irracional.

Creo que lo mejor será ir por una bebida energizante que me quite este sueño.

—¿Estás bien? —pregunta alguien a mis espaldas.

Me giro a ver y me encuentro con Cristian.

—¿No debería estar con él superior? —le pregunto ignorando su pregunta.

—si —responde —pero al verte salir me preocupé así que vine a ver cómo estabas, ¿Necesitas algo?.

Cierro los ojos y los vuelvo a abrir rápidamente no sea que me quedé dormida de pie.

UNA ANTORCHA ENCENDIDA EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora