34. UNA FLOR TAN LINDA CAÍDA.

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Ezequiel 16
11 Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello.




Estoy en el laboratorio curioseando todo como una niña chiquita a la que le han dado su muñeca nueva.

Me siento súper feliz.

No me quiero cambiar por nada.

Jak se fue hace horas, pero yo estoy tan emocionada que desde que entré aquí no he vuelto a salir, hasta las ganas de comer torta se fueron.

—señorita —habla una de las chicas del servicio.

—¿Si? —contesto mientras hago una fórmula.

—le llegó visita.

—enseguida voy, hazla pasar a la sala.

Dejó de lado con mucho pesar lo que estoy haciendo y voy a ver de quien se trata la visita.

No alcanzo a llegar a la sala porque la visita me sale al encuentro.

—¡¡Gracia!! —grita feliz mientras corre con una caja de regalo. —¡¡Feliz cumpleaños!!.

Tomo la caja y la pongo a un lado y le doy un abrazo.

—gracias Linda —le digo —pensé que lo habías olvidado así como yo.

Le quitó la cinta de regalo y veo lo que me ha traído.

—wooo es hermoso —digo sacando aquella hermosa cartera con piedras lujosas incrustadas el sus bordes. —no debiste molestarte.

Ella sonríe complacida al ver que me ha encantado.

—también te traje esto de parte de mi hermano.

Me entrega una pequeña caja de terciopelo cuyo color es rojo carmesí.

La tomo en mis manos con cierta cautela.

—¿Que es? —pregunto.

—abrelo. —me dice sonriente.

Cuando ya la voy a abrir me detengo de golpe y hago la pregunta más importante.

—¿De cuál hermano? —pregunto.

—de Mibsan —responde obviando la pregunta.

—pero si Mibsan...

—ya te dije que hablamos telepáticamente —me interrumpe.

«¿Por qué será que todavía no me terminó de creer eso de la telepatía?».

Suspiró un poco nerviosa y me dispongo a abrir la caja.

Apenas lo hago me quedo asombrada.

De verdad que me he quedado sin palabras, no sé qué decir al respecto.

Jamás en mi vida había recibido un regalo tan comprometedor y extravagante.

Mi primo me ha dado muchos regalos pero nunca de esta clase.

Está clase de regalos pienso que solo mi esposo me los daría y para hacerlo tendría que disponer de mucho dinero.

Tapo rápidamente la caja y se la devuelvo a Linda.

—lo siento, pero no puedo recibir eso —le digo seria —además estoy segura de que Mibsan no daría está clase de regalos.

Ella me dedica una sonrisa de boca cerrada.

—tienes razón, él solo quizás dijo comprale algo de mi parte y yo me excedí un poco —contesta.

—pues te excediste demasiado —le digo.



UNA ANTORCHA ENCENDIDA EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora