𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 08. 00

Cᴇᴍᴇɴᴛᴇʀɪᴏ ɴᴀᴄɪᴏɴᴀʟ ᴅᴇ Sᴇúʟ​, Dᴏɴɢᴊᴀᴋ-ᴅᴏɴɢ.
11: 35. ᴀ.ᴍ.

La familia de Choi MinJi y sus amigos más íntimos se encuentran reunidos alrededor de su tumba, para darle el último adiós. La madre de MinJi acaba de sufrir un desmayo por presión baja. Ahora el médico de la familia la está atendiendo con ayuda de los primos mayores de MinJi; alejados de donde se está llevando a cabo el entierro de la difunta.

YoonGi está frente a la tumba de su esposa. No hace mucho ha dejado una rosa blanca dentro de la ataúd, antes de que el ataúd fuese puesto adentro de la fosa. Tres hombres están comenzando a echar tierra sobre el ataúd, luego de unas pequeñas palabras que YoonGi tuvo que dar en honor a su difunta esposa.

Todo este tiempo, desde la vela hasta el entierro presente, YoonGi ha tenido que fingir devastación y desconsuelo por la pérdida. Está usando gafas de sol de color negro y se ha mantenido con la cabeza gacha, para pasar desapercibido ante el resto. Ha quedado viudo. La familia de MinJi y sus amigos creían que su matrimonio era perfecto, así que una que otra lágrima tuvo que forzar a salir.

Su brazo reposa en una bolsa, debido a la herida de bala que Alexandrovich le dejó antes de huir junto a su compañero. No está lesionado, pero el roce le dejó una ligera incomodidad. Aunque ha valido la pena porque, frente a la familia de MinJi, él fue otra víctima más del asalto que sufrieron a plena luz del día y en una calle muy transitada.

Su hijo está a las afueras del cementerio, esperando por él dentro del auto. La familia supo comprender que NiKi no querría ver a su mamá siendo enterrada y que el shock de su muerte lo ha dejado desconcertado. Aunque lo cierto es que NiKi no sabe fingir tan bien como él. Es por eso por lo que decidió quedarse a esperar en el auto.

—Quiero entender cómo sucedió esto. Por favor, ayúdame a entender —Choi ChoonHee, hermana menor de MinJi, dice al acercarse a él con lágrimas en los ojos y un pañuelo entre las manos—. ¿Un asalto? ¿Desde cuándo las calles de esta ciudad han dejado de ser seguras?

—La delincuencia está por todos lados, me temo —murmura observando cómo el ataúd ha quedado ya tres metros bajo tierra.

Él ansía por sonreír de satisfacción porque, finalmente, su deseo de quedarse viudo y adquirir la herencia que su esposa le dejó a su hijo, se ha cumplido. Él tiene muchos grandes planes para esa herencia, muchas inversiones a las que pronto se va a dedicar. Por el momento, fingir un rato más no será problema.

Su cuñada se termina por acercar a él y sin permiso entra a sus brazos en busca de consuelo. Ella le llora en el pecho mientras le pregunta continuamente sobre cómo pudo ocurrir este terrible incidente. Él se incomoda, pero se ve en la obligación de disimular. Corresponde al abrazo de su cuñada; le deja unas suaves palmadas en la espalda baja.