𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 49. 00

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Los finos y rosáceos labios de Alan se tuercen constantemente mientras sus manos, cubiertas por unos gruesos guantes negros, se manosean sinfín entre sí. ¿Es ese elevador realmente un elevador o ya de plano un horno? Porque Alan perjura que ahí adentro se está asando como fajas de carne de res y que, si no fuese porque trae puesto su pasamontañas de calavera, estaría exponiendo a lo tonto el potencial sonrosado que pinta sus pómulos.

Él está de turno. Él debería de estar, justo ahora, patrullando las calles de la capital verificando que no haya alguna clase de disturbios que perturbe a las personas. Él no debería estar en el edificio en el que reside Ceasar, esperando a que el elevador lo lleve al piso destinado sólo porque éste desea hablar con él con tanta urgencia. Si Ceasar no lo hubiese llamado con un tono gélido pidiendo verlo, él jamás habría abandonado su puesto.

Sin embargo, se ha de aclarar que, la razón por la que parece un bochorno con atractivas piernas largas y que quisiera treparse por las paredes del elevador en busca de huir a toda costa, no es precisamente por algún nervio de estar frente a frente con Ceasar y su evidente descontento. Es debido, más bien, a que a la par suya está la persona que logra volverlo completamente tímido y tonto, pese a que esta persona es uno de sus oficiales y él su capitán.

El soldado Park, el oficial de más alto rango de entre todos sus oficiales, es su pareja de patrullaje en este día. Es decir, él debe pasar las veinticuatro horas del día con el soldado Park de zona en zona por toda la ciudad. Lo cual está perfecto porque el soldado Park, se podría decir, es su soldado más eficiente y con el que mejor se complementa. El problema entre todo lo bueno, es el siguiente:

¡El soldado Park es un miserable gruñón que lo pone tímido cuando le ensarta aquellos ojos avellanas encima! El soldado Park lo ve como ve a todas las personas: como si tal desease que al planeta Tierra le cayera un meteorito encima para que extinga a toda la raza humana. Porque el soldado Park tiene un invasivo repudio hacia las personas que se le acercan; las insulta sin miedo y las ve hasta que ellas entienden que nacer estuvo mal.

Y Alan no puede creer que todos los defectos del soldado Park le parezcan tan adorables. El soldado Park es su protegido. El resto de sus soldados pueden ponerle cientos de quejas por el comportamiento agresivo e histérico del soldado Park y Alan lo defendería diciendo que sólo está de malhumor. ¿Y por qué lo hace? ¿Es que no es obvio la diferencia entre la forma en que Alan ve a los demás y la forma en que ve al soldado Park?

—¿En qué andas metido, capitán? —La voz fuerte del soldado Park se cuela por sus oídos y actúa como un escalofrío que eriza su piel por debajo de su uniforme de militar.

—Necesito proteger al imbécil de YoonGi—. Al mencionar el nombre de su hermano mayor sin lazos de sangre, él contorsiona la esquina de sus labios. Pero, cuando levanta la cabeza para fijarse en su soldado, una sonrisa automática nace y por sus ojos plateados pasa un destello. A continuación, añade—: No cuestiones a tu capitán.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora