𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 63. 00

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—¿Cuántos sedantes le hemos puestos ya? —curiosea CheonSa, que está preparando una inyección con la próxima dosis para su hijo

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—¿Cuántos sedantes le hemos puestos ya? —curiosea CheonSa, que está preparando una inyección con la próxima dosis para su hijo.

—Los suficientes como para que nos encarcelen por sobredosis, según mis cálculos —responde Ara, viendo a la directora.

—En mi defensa, yo soy la madre del paciente con sobredosis —alega CheonSa y después se desplaza por la habitación de su hijo con jeringa en mano.

—Me temo que eso aumentaría los años de cárcel, directora —comenta Ara yendo detrás de ella—..., por lo mismo de que usted es su madre.

—Pues en mis tiempos, dejábamos a nuestros hijos bajo el sol durante horas y no estaba penado por la ley —CheonSa niega decepcionada—. A esta generación de cristal no les puedes hacer una mala cara porque ya te demandan.

—Sí...

—¡Suéltame, bruja sin corazón! ¡No te atrevas a pincharme otra vez! ¡Por tu madre, no tienes buena mano! ¡Me has agujereado toda la puta vena, mujer! —YoonGi rompe en gritos histéricos y devastadores apenas ve a su madre llegar con otra inyección—. ¡Ya basta con las dos! ¡Quiero ir a buscar a mi cuchurrumin! ¡¿No entienden que es mi cuchurrumin?! ¡Cuchurrumiiiiiiiin!

—Basta contigo, mil dramas. Después de esta inyección, vas a levitar.

—¡Es sedante, no droga, bruja! ¡Bruja!

—¡Hijo de perra!

—¡Bruja!

Las manos de YoonGi están fuertemente atadas al respaldar de la cama. YoonGi está, prácticamente, secuestrado en su propia habitación. Es custodiado por su madre y su madrastra, quienes, sin piedad, le han estado suministrando varias dosis de sedantes durante toda la jodida noche. Pero, incluso considerándose una sobredosis a estas alturas del partido, CheonSa no ha podido conseguir que surja en YoonGi algún efecto.

Es la dos y pico de la madrugada. Hace unas cinco horas atrás YoonGi estuvo dentro de un quirófano por cuestiones de una rinoplastia. El golpe en la nariz dado por Alan fue lo suficientemente severo como para generar en YoonGi una lesión que, sí o sí, necesitaba intervención médica. YoonGi fue llevado al hospital y prontamente metido al quirófano de emergencia. La rinoplastia fue todo un éxito; no hubo ningún tipo de complicación durante el proceso de tres horas.

La nariz de YoonGi pudo ser reconstruida perfectamente. Sin embargo, a YoonGi se le ocurrió escapar del hospital apenas despertó de la anestesia. CheonSa lo encontró a nada de arrancar un coche ajeno que YoonGi encendió con sus mañas. Ella logró prevenir que YoonGi cometiera una real locura en su estado tan delicado. Como YoonGi se rehusó a mantenerse en el hospital, CheonSa tuvo que hablar con el médico encargado de YoonGi y exponer la situación de éste.

El médico le permitió la salida a YoonGi sólo cuando CheonSa mencionó que tienen a un médico general en la residencia. El médico del hospital, asimismo, dejó partir a YoonGi con la condición de que se cuidase, puesto que una rinoplastia es una operación delicada en su antes y después. El doctor del hospital le aconsejó a YoonGi que debía de permanecer en cama, con la cabeza elevada por encima del nivel del pecho. Así se reduciría el sangrado y la hinchazón.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora