𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 48. 00

57 12 158
                                    

Aquel Bob Esponja de felpa fue metido en un baúl y guardado en un sótano, convirtiéndose con el tiempo en un recuerdo olvidado que dejó de formar parte de la corteza temporal de YoonGi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquel Bob Esponja de felpa fue metido en un baúl y guardado en un sótano, convirtiéndose con el tiempo en un recuerdo olvidado que dejó de formar parte de la corteza temporal de YoonGi.

Una vez, en una de las tantas tardes que YoonGi pasó con, en ese entonces, pequeño JiMin, los dos relataron sobre las cosas que les gustaba mientras comían un helado cada uno. El pequeño JiMin contó que su caricatura favorita era Bob Esponja. Fue un dato que YoonGi no olvidó nunca y que, de hecho, quiso usar a su favor después de un largo mes en Daegu.

YoonGi llegó al parque con la idea de disculpar sus faltas y fallas obsequiando al pequeño JiMin un Bob Esponja de felpa. Pero, por supuesto, YoonGi no encontró a JiMin esa tarde y el deseo por admirar aquellos ojos saltones y curiosos se había marchitado terriblemente. Aun así, YoonGi no tuvo el corazón para deshacerse del Bob Esponja de felpa, así que lo llevó a casa y lo guardó en un baúl.

El Bob Esponja de felpa permaneció en ese baúl durante dieciocho años. Hoy, no obstante, YoonGi lo sacó del olvido y decidió llevárselo al parque de los recuerdos; para obsequiárselo a un JiMin adulto en vista de que antes no pudo. Por ende, lo muestra ante JiMin, habiéndolo tenido oculto debajo del abrigo tradicional. Lo tiende a JiMin sabiendo que, posiblemente, éste no lo acepte.

—Una vez me dijiste que amabas a Bob Esponja. El día que regresé a este parque lo traía con la idea de regalártelo —él se sincera diciendo, mirando a JiMin con sus ojos hinchados por tanto llanto—. Quería disculparme por no haber llegado ese día... ni los otros días restantes.

Para su grata sorpresa, JiMin acepta el peluche en completo silencio. JiMin lo toma con sus manos y se detiene a observarlo muy fijamente, acariciando el material aterciopelado con la yema de los dedos pulgares. JiMin aprieta el peluche entre sus manos y queda fascinado por lo suave que es. Llega a sonreír para sus adentros, naciendo de su alma de niño el amor que un día le tuvo a la caricatura de Bob Esponja.

YoonGi toma asiento a su lado sin fines de interrumpir, en el columpio que hace dieciocho años catalogó como suyo. YoonGi procede a mecerse despacio, siendo el chirrido de unas cadenas oxidadas el único sonido entre él y JiMin. YoonGi desea contemplar a JiMin, pero desea más darle su espacio. Él realmente se conforma con que se le sea permitido permanecer cerca de JiMin. Ya es un verdadero privilegio para él.

Expulsa un aire por sus fosas nasales, suelta su cuerpo y cierra los ojos por un instante. Permite que la briza de una noche helada cale cada uno de sus poros y que el silencio sea su terapia, que alivie la enredadera de sentimientos que JiMin le dejó al marcharse de la residencia. Está un poco más sereno y aliviado justo ahora, por el hecho de saber que ha logrado encontrar a JiMin tras una ardua búsqueda por cada hotel de la capital.

—¿Por qué...? ¿Por qué esa tarde no llegó? —Aunque ya es tarde y no vale la pena, JiMin anhela saber qué sucedió aquel día. Continúa apretando el peluche y mirándolo porque hoy, justamente hoy, no se siente capaz de mirar a YoonGi a los ojos.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora