𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 58. 00

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Es hora de la merienda en la mansión de Park JiHoon. El juego de té de color rosa chicle con asas en doradas son acomodadas por el ama de llave. A esta hora de la tarde se es más receptivo a los aromas delicados, por lo que un té verde es servido en el balcón principal de la mansión; y sobre la elegante mesa es puesta una deliciosa tarta de nueces recién salida del horno. El olor exquisito que emana de la torta cala las profundidades de las fosas nasales de JiMin, que llega a creer que un trozo de torta sería mejor que un puro.

En el balcón se lleva a cabo una reunión que JiHoon, para sus adentros, considera familiar. Su ahijado, JiMin, de pronto apareció en las puertas de su casa en compañía de YoonGi. A JiHoon se le hizo raro la pasividad con la que YoonGi, un hombre problemático, llegó. Pero, aun con todos los descontentos que JiHoon ha tenido con YoonGi, su carencia al rencor no le permitió prohibirle la entrada. De hecho, se sintió bastante tranquilo de que YoonGi haya llegado con buenas intenciones.

En este momento, su hijo y el hijo de YoonGi forman parte de la reunión también. Están los cinco alrededor de la elegante mesa, esperando a que el té verde termine de ser servido para proceder a merendar en este ocaso de bellos arreboles. Su ahijado y YoonGi todavía no dicen el motivo de la visita, pero está bien para JiHoon, pues no tiene prisa de ir directo al grano. JiHoon está encantado de tener en su casa a quien ya forma parte de su testamento, su ahijado.

—Toma, hijo, la tarta es más saludable para ti que eso. —JiHoon le tiende a JiMin un plato con un trozo de tarta de nueces, con la buena intención de que JiMin suelte ese vicio al puro—. Está deliciosa, cariño —asegura sonriente.

JiMin lo piensa un poco antes de pasar a segundo plano el puro cubano que se ha estado fumando desde que tomó asiento en el balcón de su padrino, que no lleva siquiera por la mitad. Titubea ciertamente indeciso; en si botar el puro cubano a la basura o guardarlo para más tarde. Al final, cuando su mirada se topa con su hermano menor y la sonrisita dulce que éste le brinda, se dice a sí mismo que no está dando el ejemplo, por tanto, se levanta a botar el puro.

Puede que SuNoo no sepa que JiMin es su hermano, pero JiMin sigue siendo su mayor, por tanto, no debe hacer cosas insanas de ese tipo.

Un minuto más tarde, JiMin regresa a la mesa. YoonGi lo estuvo esperando para, cuando llegara, apartar bien la silla de la mesa y que él retome asiento sin problema. YoonGi abraza sus hombros con un brazo ni bien se sienta, siempre haciendo todo lo posible para mantenerse cerca suyo. Por su parte, JiMin acepta el plato con un trozo de torta de nueces que su padrino le ofreció amablemente. Su padrino le sonríe contento, con un dije de orgullo, por el sólo hecho de haberse deshecho del puro.

Alexander, el papá de JiMin, también tenía la misma adicción a fumar que JiMin tiene ahora. Es lamentable, por cierto. JiHoon lo recuerda a la perfección; siempre trataba de aconsejar a su hermano que fumar no era bueno para su salud. De vez en cuando, también, discutían fuertemente los dos, porque JiHoon le escondía los paquetes de puros o se los quitaba de la boca apenas lo veía con uno. JiHoon, sólo él sabe lo difícil que fue intentar convencer a su hermano que fumar no le dejaría nada bueno.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora