𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 10. 00

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—JiMin. —El rostro de YoonGi se ilumina tan pronto como escucha hablar al ruso de ojos verdes y se maravilla por tal belleza—. Un hermoso nombre para un hermoso hombre.

JiMin pone los ojos en blanco ante dicho elogio. A fuerza saca su mano de la cueva que Min YoonGi hizo con las suyas y se la cubre con su guante de cuero. Más tarde, pasa a decirle a Min YoonGi que lo que ha traído en esa bolsa sobre la mesa son las cosas que hurtó de la limusina el día del fingido asalto.

Min YoonGi levanta las cejas y se inclina hacia la mesa para atraer la bolsa. La abre y alcanza a ver que dentro de ella están las pertenencias de su difunta esposa. Una sonrisa ladeada se hace en sus labios. Con posterioridad, cierra nuevamente la bolsa. No le da un mínimo de importancia al aventarla al piso.

No esperó que JiMin fuera tan honesto como para regresar los objetos que se llevó el día del asalto. Además, él no se acordaba de ello. No le parecía importante pensar en eso. Podría decirle a JiMin que se quede con todo eso, pero presiente que será rechazado. Mejor se abstiene.

—He cumplido con mi trabajo, señor Min. Por lo tanto, me retiro —JiMin comenta poniéndose de pie con el maletín lleno de dinero en mano.

—¿Qué? —Él se pone también de pie mientras tose, pues antes del comentario del ruso él había sacado un cigarrillo de la cajetilla en la mesa con la intención de fumar. Sin embargo, en vez de expulsar el humo, lo absorbió.

—Con su permiso, señor Min.

JiMin gira sobre sus talones y procede a caminar hacia las puertas del despecho, con el fin de retirarse con el pago completo de su trabajo; más de lo esperado, como Min YoonGi se lo había prometido. Min YoonGi lo detiene a punto de deslizar la puerta derecha. Lo ha tomado de la muñeca sin fuerza presente.

Él suspira apenas perceptible antes de voltear a ver hacia atrás. Posa sus esmeraldas ojos en Min YoonGi; lo ve con aburrimiento. Min YoonGi le dice que se quede un rato más, porque tiene un trato que ofrecerle. Ahora él se ve a sí mismo regresando al sillón en el que estuvo sentado, para tomar asiento.

Min YoonGi no toma asiento frente a él. Esta vez, se posiciona de pie detrás de él. El sillón es de respaldar alto, como el de un trono real. Min YoonGi no puede mantenerse tan cerca como quiere, pero sí puede mantenerse acariciando las hebras de su cabello rojo.

Min YoonGi se sorprende de que JiMin se deje hacer y permita que él le toque tan suave cabello. Un avance como este genera una sonrisa satisfecha en sus labios delgados. Mira a JiMin como si éste fuese un diamante en bruto mientras se dedica a sentir la textura de unas hebras tan bellas.

—Tengo algunos asuntos pendientes que no he podido resolver adecuadamente —dice—. Verás, mucha gente me debe dinero y...

—Yo no trabajo a tiempo completo para nadie, señor Min —lo interrumpe JiMin y le aclara.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora